En el último informe de la la Organización Meteorológica Mundial (OMM), declaró que “La ciencia del clima no da lugar a dudas: estamos avanzando en la dirección equivocada”.
El reporte expone la gran incongruencia entre palabras y acciones de las administraciones del mundo.
Aunque en 2020 se registró un descenso en las concentraciones de gases de efecto invernadero por los confinamientos, los índices de emisión actuales superan los niveles previos a la pandemia.
“La ambición de las promesas de reducción de emisiones para 2030 debe ser siete veces mayor para poder ajustarse al objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 °C fijado en el Acuerdo de París”
Argumentó la OMM.
Esto tiene como consecuencia repercusiones socioeconómicas cada vez mayores, informe igual expone que los extremos meteorológicos observados este año, afectan a las poblaciones más vulnerables.
Unidos en la Ciencia es el nombre de dicho reporte, demostrando que los impactos del cambio climático se están adentrando en un territorio desconocido de destrucción.
Las crecidas, las sequías, las olas de calor, los temporales extremos y los incendios forestales van de mal en peor, superando récords con una frecuencia alarmante.
Olas de calor en Europa, graves crecidas en Pakistán y sequías prolongadas e intensas en China, son consecuencias que hay que pagar por la adicción de la humanidad a los combustibles fósiles.
Los mayores generadores de CO2 son las zonas urbanas, con hasta el 70% de las emisiones causadas por el hombre.
La OMM asegura que mediante la aplicación de medidas de mitigación inclusivas, urgentes y en la escala necesaria y el fomento de la capacidad de adaptación de miles de millones de habitantes urbanos.
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