Este jueves, el Salón de la Fama del Béisbol Mexicano celebró una jornada histórica al recibir a siete nuevos miembros en su selecto grupo de inmortales. Entre ellos destacan dos grandes nombres que han dejado huella tanto en las Grandes Ligas como en la Liga Mexicana: Yovani Gallardo, exlanzador de la MLB, y Juan Manuel Palafox, una de las leyendas del béisbol mexicano. La ceremonia, realizada en el Parque Fundidora de Monterrey, Nuevo León, rindió homenaje a las trayectorias de estos atletas y de otros destacados exjugadores y árbitros del deporte.
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Yovani Gallardo: De la MLB al Salón de la Fama Mexicano
Yovani Gallardo fue uno de los principales protagonistas de la tarde. El lanzador originario de Tepic, Nayarit, formó parte de la élite del béisbol de las Grandes Ligas durante 12 temporadas, jugando para equipos como los Cerveceros de Milwaukee, los Rangers de Texas, los Orioles de Baltimore, los Marineros de Seattle y los Rojos de Cincinnati. Durante su paso por la MLB, Gallardo se destacó por su dominio en el montículo, acumulando una impresionante marca de 121 victorias y 101 derrotas en 319 partidos.
A lo largo de su carrera, Gallardo se estableció como uno de los mejores lanzadores mexicanos de la historia. A pesar de los retos que conlleva jugar en la liga más competitiva del mundo, el “Yo” dejó una huella imborrable, siendo clave en los momentos más importantes de sus equipos. Su logro de alcanzar los 121 triunfos en la MLB es testimonio de su perseverancia y destreza.

“Es un honor formar parte de este reconocimiento. Todavía estoy un poco sorprendido de estar junto a nombres como Fernando Valenzuela y Vinicio Castilla, es algo definitivamente muy especial”, expresó Gallardo emocionado tras recibir su placa en el Salón de la Fama.
Juan Manuel Palafox: Un Sobreviviente que Hizo Historia en el Béisbol Mexicano
Otro de los grandes nombres que se unió a la galería de inmortales fue Juan Manuel Palafox, uno de los lanzadores más destacados de la liga mexicana. Con una carrera que abarcó 26 años, Palafox logró 217 victorias y se consolidó como uno de los 14 serpentineros que han alcanzado las 200 victorias en el béisbol mexicano. Su paso por equipos como los Tigres Capitalinos, Unión Laguna, Jalisco, Monclova, Yucatán, Saltillo y Vaqueros Laguna fue marcado por su consistencia y dominio en el montículo.
Sin embargo, lo que hace aún más especial su inclusión en el Salón de la Fama es la historia personal de superación que tiene detrás. En 2016, Palafox enfrentó una dura batalla contra el cáncer de intestino, una enfermedad que lo llevó a estar en una situación crítica, con los médicos incluso dándole pocas esperanzas de vida. “Le agradezco a Dios por la oportunidad de estar disfrutando de este momento en vida porque en el 2016 estuve desahuciado de la vida. Gracias a Dios soy un sobreviviente”, comentó emocionado el exlanzador, quien a pesar de las adversidades, regresó al béisbol y continuó cosechando éxitos.
Un Reconocimiento a Más Que Lanzadores
El Salón de la Fama también recibió a otros cinco nuevos inmortales. Entre ellos se encontraba el exsegunda base Miguel Flores, quien dejó su marca en la Liga Mexicana con una destacada trayectoria. También fueron reconocidos tres exlanzadores más: Ramón Orantes, Cecilio Ruiz y Ricardo Sandante, este último incluido en la categoría de veterano.

El reconocimiento a Luis Alberto Ramírez, un destacado umpire con una amplia carrera en el béisbol profesional mexicano, también fue uno de los momentos claves de la ceremonia. Los árbitros como Ramírez, que pasan muchas veces desapercibidos, son fundamentales para el desarrollo del juego y su inclusión en el Salón de la Fama resalta la importancia de su labor dentro del deporte.
Homenaje a Fernando Valenzuela: La Leyenda que Perdura
Un momento especialmente emotivo en la ceremonia fue el homenaje póstumo a Fernando Valenzuela, quien falleció el pasado 22 de octubre. El “Toro de Etchohuaquila”, como se le conoció, dejó un legado eterno en el béisbol, no solo en la MLB con los Dodgers de Los Ángeles, sino también en la Liga Mexicana de Béisbol. En su exitosa carrera, Valenzuela conquistó la Serie Mundial en 1981 y se llevó el premio Cy Young, siendo un referente para generaciones de aficionados al béisbol.

El número 34, que Valenzuela portó con orgullo durante su carrera, fue retirado tanto en los Dodgers como en la Liga Mexicana de Béisbol, como símbolo de su enorme impacto en el deporte. El homenaje fue uno de los momentos más emotivos de la jornada, con lágrimas en los ojos de muchos que recuerdan con cariño la figura de este gran pitcher mexicano.
Fuentes: López Dóriga
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