Ernesto escuchó a unos metros de distancia, insultos y golpes de una parte y gritos de la otra. Unos exigían el pago de una deuda y el otro les rogaba que pararan la tortura. Los atacantes son miembros del cártel del Pacífico y la víctima, un vendedor ambulante que no pagó a tiempo su “derecho de piso”; Ernesto, el testigo, es el dueño del local donde todo sucedió, en la zona hotelera de Cancún.
“Me decían ‘permíteme tu baño un ratito’ y metían a mi negocio a los vendedores ambulantes para torturarlos a pleno día. Se escuchaban los trancazos y los gritos. Eran los que no cumplían con los cobros. Me tocó en mi propio negocio, dos veces”, recuerda.
Ernesto es un empresario de Cancún y aceptó contar su historia bajo la condición de modificar su nombre. Es concesionario de uno de los locales a pie de playa donde ofrece servicios turísticos en embarcaciones y él mismo fue víctima de extorsión. En 2020, cuando la pandemia de covid-19 apenas iniciaba, integrantes del cártel del Pacífico se presentaron en su local para exigir derecho de piso. Era pagar veinte mil pesos mensuales o atenerse a las consecuencias.
En la zona hotelera de esta ciudad, se encuentran al menos cinco cárteles, dedicados, entre otros negocios ilegales, al cobro de piso: el CJNG, el de Sinaloa, el del Golfo, el del Pacífico y los Pelones. El cártel del Golfo domina los clubes nocturnos, los antros y los bares, mientras los otros se disputan las playas y los demás locales comerciales.
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