Miles de familias se congregaron en el pintoresco barrio de Xochimilco para dar inicio a la festividad más emblemática de México, el Día de Muertos. Con música, cánticos, dulces tradicionales como el pan de muerto, y momentos de reflexión, los asistentes celebraron la vida de sus seres queridos que ya no están.
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Cempasúchil y Altares: Una Conexión Especial
Desde la tarde del jueves, el cementerio de San Gregorio de Atlapulco se transformó en un espacio lleno de vida y color, inundado por las vibrantes flores de cempasúchil. La comunidad se reunió para honrar a los fallecidos, creando un ambiente de amor y recuerdo que destaca la esencia de esta tradición milenaria. José Luis Flores Ávila, quien visitó la tumba de su nieta María de Jesús, compartió su experiencia: “Nos reunimos aquí en recuerdo de mi nieta, cantándole canciones del folclor mexicano”.
La celebración comenzó con un tributo especial a los niños fallecidos, momento en el que se pueden escuchar canciones infantiles y ver juguetes en los altares. “Mientras sigamos recordándolos, ellos nunca van a morir”, aseguró Flores, reflejando el compromiso de las familias por mantener viva la memoria de sus seres queridos.

Un Legado Familiar que Persiste
A medida que avanza la festividad, el ambiente se torna más festivo, mezclando risas con lágrimas. Las familias no solo decoran las tumbas, sino que también comparten comida y bebida, creando un clima de unión y celebración. “Vamos a seguir cultivando esta tradición como cultivar una semilla para que crezca la planta”, expresó Flores, destacando cómo esta costumbre se transmite de generación en generación.
Christopher Barrientos, quien visitó la tumba de sus hermanos, también enfatizó la importancia de esta tradición. “Es una fecha muy importante porque nos volvemos a reencontrar con nuestros seres queridos”, afirmó. Para él, honrar a los que han partido es un deber que se ha inculcado desde la infancia. “Mi padre cada año venía a limpiar conmigo, y quiero que esté presentable”, relató Barrientos, mostrando su compromiso con la tradición.
El Día de Muertos no solo es un momento de recordar a familiares y amigos, sino también a mascotas que se han convertido en parte de la familia. Este año, eventos similares se multiplican en cada rincón de México, desde grandes ciudades hasta pequeños pueblos, cada uno celebrando a su manera.

Como lo demuestra el fenómeno cultural reflejado en películas como Coco, el Día de Muertos se ha consolidado como una celebración que une a la familia y la comunidad, recordando que, aunque los seres queridos ya no estén físicamente, su legado y su memoria perduran en el corazón de quienes los aman.
Fuentes: López Dóriga
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