Por: Ivonne Reyes
Las palabras como huella del tiempo: un legado que evoluciona y resiste
El lenguaje es más que un conjunto de sonidos y letras. Es el eco de quienes fuimos, la memoria de quienes nos precedieron, la voz de quienes vendrán después. Cada palabra que decimos hoy ha vivido antes en otros labios, en otras épocas, en otros mundos que ya no existen. Algunas sobreviven, otras se transforman. Otras, simplemente, desaparecen.
Contenido
¿Qué pasa con las palabras que dejamos atrás? ¿Mueren realmente o solo esperan a que alguien las rescate?

Durante generaciones, las palabras nos han acompañado como testigos silenciosos de la historia.
- En los años 80, el lenguaje reflejaba la música vibrante, la moda estridente, la rebeldía contenida.
- En los 90, las primeras conexiones digitales trajeron nuevas palabras, mientras otras empezaban a desdibujarse en la memoria colectiva.
- Luego vinieron los 2000, la era de las redes sociales, el inicio de una transformación sin frenos.
- Y ahora, en pleno 2025, el lenguaje es una criatura cambiante, moldeada en tiempo real por movimientos sociales, nuevas tecnologías y la urgencia de la inclusión.
La evolución del lenguaje a través de las generaciones
Cada generación ha dejado su huella en el idioma, influenciada por tecnología, cultura y movimientos sociales.
Aquí algunas diferencias clave:
- Baby Boomers (1946-1964) hablaban con formalidad, usando expresiones tradicionales como “Más vale prevenir que lamentar”.
- Generación X (1965-1976) introdujo términos urbanos como “chido” y “cool”, además de los primeros anglicismos tecnológicos.
- Millennials (1977-1995) trajeron la digitalización y el lenguaje híbrido de español e inglés con “LOL”, “random”, y el auge del feminismo en el lenguaje.
- Generación Z (1996-2012) impulsó el lenguaje inclusivo (todes), el auge de los memes y la jerga de internet (cringe, vibe).
- Generación Alpha (2013-presente) crece con emojis, GIFs y comunicación hiperconectada, donde el lenguaje visual es clave.

Cifras sobre el cambio lingüístico
Los estudios sobre la evolución del lenguaje reflejan estos cambios de manera concreta:
- 60.5% de los mayores de 40 años (Generación X) tienen dificultades para entender la jerga de generaciones más jóvenes.
- 56% de los adultos creen que la Generación Z está “perdiendo” el español por el uso excesivo de anglicismos.
- 82% de los encuestados consideran que el lenguaje ha cambiado drásticamente por la influencia de redes sociales.
Ya no hablamos igual. Hemos aprendido a decir sororidad con el orgullo de quien construye redes de apoyo. Queer dejó de ser una ofensa y se convirtió en identidad. Migrante ya no es solo una etiqueta, sino un reconocimiento de historia y lucha.
Algunas palabras han cambiado de piel, otras han encontrado nuevos significados.

Las redes sociales como salvadoras del lenguaje
Si antes las palabras desaparecían en el silencio de los diccionarios olvidados, hoy pueden revivir con un solo clic.
Las redes sociales han cambiado la forma en que el lenguaje evoluciona:
- Twitter/X y TikTok han rescatado palabras en desuso, dándoles nueva vida en tendencias virales. Un estudio reciente encontró que las palabras que logran mantenerse en redes sociales suelen circular por al menos 18.5 meses antes de consolidarse.
- Los influencers lingüísticos han tomado un rol clave, actuando como puentes entre generaciones y popularizando términos que parecían extintos.
- Hashtags como #PalabrasOlvidadas han permitido que expresiones antiguas resurjan, convirtiéndose en parte de la conversación digital.
Pero, ¿y aquellas que quedaron atrás?
- Zaguán ya casi nadie lo menciona.
- Bisoño suena extraño en los oídos de los más jóvenes.
¿Quién sigue diciendo lonja para referirse a la grasa de la cintura?

Hay palabras que se extinguen, que se apagan poco a poco hasta quedar como ecos en las conversaciones de los abuelos, en páginas gastadas de diccionarios olvidados.
No obstante, algunas regresan. Como la moda vintage, como las películas de culto, como los vinilos en una era digital, el lenguaje también revive lo que parecía perdido.
Quizá en unos años, lo que hoy nos parece obsoleto renazca en los labios de nuevas generaciones, que encuentren belleza en lo que dejamos atrás. Quizá algunas palabras no desaparezcan del todo, sino que solo estén esperando su momento para volver.
El lenguaje es un legado, y nosotros somos sus guardianes.
Cada palabra que usamos es una pieza de nuestra historia. Y mientras haya quienes las pronuncien, mientras existan quienes digan “Mira, ven y leamos esto juntos” para redescubrirlas, entonces seguirán vivas…
