El Congreso de Estados Unidos se encuentra en medio de una tensa situación, ya que los esfuerzos para evitar un cierre de Gobierno se han complicado. El liderazgo republicano en la Cámara Baja no logró obtener los votos necesarios para aprobar un proyecto de ley que financiaría al Gobierno más allá de la fecha límite, que es el 1 de octubre, lo que coloca al país al borde de una situación potencialmente perjudicial para la economía y los servicios públicos.
El proyecto de ley propuesto fue objeto de controversia desde el principio. Por un lado, los republicanos más conservadores, afines al expresidente Donald Trump, se opusieron a cualquier medida temporal para financiar al Gobierno, argumentando que no se habían realizado suficientes recortes en el gasto público. Por otro lado, los demócratas se opusieron al proyecto porque incluía recortes en la financiación de agencias federales, a la vez que aumentaba los fondos destinados a la seguridad en la frontera con México.
El resultado de la votación en la Cámara de Representantes de Estados Unidos fue de 198 votos a favor y 232 en contra, con la negativa a la aprobación tanto por parte de los republicanos leales a Trump como de los legisladores demócratas. Esto dejó al proyecto en un punto muerto y aumentó la incertidumbre sobre si se logrará un acuerdo antes de la fecha límite.
Si el Congreso de Estados Unidos no logra aprobar un proyecto de ley de financiación antes del 1 de octubre, se producirá un cierre de Gobierno. Esto significa que la mayoría de las agencias gubernamentales se verán obligadas a suspender sus operaciones no esenciales, lo que afectaría a una amplia gama de servicios federales y podría tener un impacto económico negativo.
El último cierre de Gobierno ocurrió en 2018 y duró 35 días, convirtiéndose en el más largo de la historia de Estados Unidos. Durante ese período, cientos de miles de empleados federales fueron enviados a licencia no remunerada o tuvieron que trabajar sin paga. Además, hubo un impacto significativo en la economía, con pérdidas estimadas en miles de millones de dólares.
La situación actual plantea preocupaciones sobre la estabilidad económica y la capacidad del Congreso para llegar a acuerdos en cuestiones fundamentales. A medida que se acerca la fecha límite, los líderes políticos tendrán que encontrar una solución para evitar las consecuencias negativas de un cierre de Gobierno.
En resumen, el Congreso de Estados Unidos enfrenta un desafío crítico en la aprobación de un proyecto de ley de financiación antes del 1 de octubre para evitar un cierre de Gobierno que podría tener graves repercusiones económicas y de servicios públicos. La polarización política y las diferencias en las prioridades de gasto complican aún más la situación, dejando en el aire la posibilidad de un acuerdo antes de la fecha límite.
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