Bienestar laboral toma protagonismo
El Caribe Mexicano, aunque es un paraíso para millones de turistas cada año, enfrenta una realidad distinta en su interior. En sectores como la hotelería, los niveles de estrés laboral son altos debido a los turnos extendidos, la presión por mantener estándares impecables y la constante interacción con clientes exigentes
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Industria turística bajo presión emocional
La Asociación de Complejos Vacacionales y Turísticos (ACOTUR) organizó recientemente el segundo Workshop de Bienestar Emocional del año, con el objetivo de atender esta problemática. La presidenta de la asociación, Claudia Villuendas, señaló que este tipo de eventos buscan ofrecer estrategias a sus afiliados para gestionar el estrés, reducir la ansiedad y mejorar el ambiente laboral.



Cifras que alarman a nivel global
Durante el evento, la psicóloga Ana Mayra Guilbert, especialista en salud emocional, destacó que el estrés y la ansiedad laboral no son fenómenos menores. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se pierden más de 12 mil millones de días laborales por causa de estos trastornos, lo que representa pérdidas de hasta un billón de dólares en productividad a nivel global.
Guilbert enfatizó que invertir en salud emocional no es opcional.
“Es una necesidad real y estratégica. Las personas emocionalmente agotadas tienden al ausentismo, tienen menor capacidad de concentración y generan una alta rotación de personal. Esto impacta directamente en el servicio al cliente y la reputación de las empresas”, explicó.


Bienestar requiere acción inmediata
La especialista añadió que uno de los principales factores que disparan el estrés en el ámbito laboral es la sobrecarga de trabajo, especialmente sin los recursos adecuados para cumplir metas. A esto se suma la falta de reconocimiento, mala comunicación interna, inseguridad laboral y una desconexión creciente entre el propósito personal del trabajador y su entorno profesional.
En el sector turístico, la situación se intensifica. El contacto constante con huéspedes, los horarios poco flexibles y la exigencia de mantener una imagen impecable provocan una acumulación emocional que muchas veces termina en enfermedades físicas, síndrome de burnout y renuncias inesperadas.
“Cuando las emociones se reprimen o se ignoran, el cuerpo pasa factura. Se incrementan las enfermedades, hay más conflictos entre compañeros, disminuye la motivación y se deteriora la cultura organizacional”, detalló Guilbert ante casi un centenar de asistentes reunidos en el auditorio de la Universidad La Salle en Cancún.


Estrategias para enfrentar el desgaste
Tanto a nivel organizacional como personal, existen caminos viables para reducir el impacto del estrés laboral. La psicóloga propuso que las empresas adopten una cultura de bienestar, promuevan líderes emocionalmente capacitados y ofrezcan programas de apoyo psicológico, así como espacios para escuchar a los colaboradores.
Desde la esfera individual, recomendó trabajar la autoconciencia emocional, aprender a establecer límites sanos, aplicar técnicas de autorregulación como la respiración consciente y acudir a terapia en caso necesario.
“El bienestar emocional es una responsabilidad compartida”, reiteró.


El peso invisible del turismo
Los puestos más vulnerables al desgaste emocional suelen ser los que tienen contacto directo con clientes y operan bajo estándares estrictos: recepción, ventas, atención a huéspedes y áreas operativas de los complejos hoteleros. Estas posiciones, además de tener exigencias emocionales elevadas, suelen contar con menor flexibilidad en sus horarios.
La carga emocional se distribuye de manera distinta entre hombres y mujeres. Mientras que ellas tienden a reportar mayores niveles de ansiedad y agotamiento, en gran parte debido a su doble jornada laboral (fuera y dentro del hogar), los hombres pueden mostrar síntomas más silenciosos, como irritabilidad, aislamiento y conductas de riesgo.


Compromiso desde el Caribe Mexicano
Con estas iniciativas, ACOTUR refuerza su compromiso con el personal que da vida al motor económico de Quintana Roo. Al colocar el bienestar como eje central de sus acciones, la asociación busca mejorar la calidad de vida de quienes sostienen día a día la industria vacacional.
“Si la parte interna de nuestros equipos está bien, eso se refleja en la atención, en la productividad y en la estabilidad de las empresas. Nuestro objetivo es seguir fortaleciendo el lado humano de esta industria”, concluyó Claudia Villuendas.