El equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) analiza más de 900 restos óseos mayas encontrados en la ruta del Tren Maya, los cuales podrían ayudar a descifrar las causas del colapso de esta civilización hace 13 siglos. Los restos provienen de Campeche, Yucatán, Tabasco y Quintana Roo.
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¿Qué se busca descubrir?
Según Arturo Talavera, coordinador de Bioarqueología del INAH, los estudios osteológicos y genómicos permitirán identificar migraciones, ancestros y las posibles razones detrás de su colapso, como desnutrición, enfermedades o conflictos internos.
“Con los análisis genómicos podremos ver si estos mayas proceden de Guatemala, Belice, Tikal o del centro de México”, explica Talavera.
Enfermedades detectadas
Hasta ahora, los investigadores han identificado enfermedades como osteomielitis, periostitis e hiperostosis porótica, que evidencian malnutrición y anemia. Además, los restos sugieren que la sífilis ya existía en América antes de la llegada de los europeos, contradiciendo teorías previas.
Avances del estudio
De los 900 entierros, 350 han sido analizados. La mayoría provienen de unidades habitacionales prehispánicas, lo que ofrece una perspectiva única de la vida cotidiana de los antiguos mayas. Los estudios avanzarán durante los próximos seis a ocho años e incluirán análisis genéticos a través del hueso petroso del cráneo.
Este trabajo promete arrojar luz sobre uno de los mayores misterios de la historia prehispánica, con avances que se compartirán periódicamente.
Fuente: Excélsior
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