Investigadores hacen un descubrimiento en Cancún, los cenotes dentro de la mancha urbana enfrentan una problemática grave: el uso indiscriminado como basureros por parte de los habitantes.
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Aunque las campañas de limpieza superficial logran mejorar su apariencia, la verdadera amenaza radica en la contaminación microbiológica, una problemática que no se ve a simple vista, advirtió Job Ali Díaz Hernández, encargado del área de investigación y desarrollo tecnológico de la Universidad Politécnica de Quintana Roo (Upqroo).
“Desafortunadamente, los cenotes que se han analizado contienen bacterias de contaminación variada. Desde niveles muy bajos hasta aquellos que están extremadamente contaminados, especialmente los que están conectados y sufren más esta problemática,” explicó Díaz Hernández.
Cenotes en polígono norte
Según la Dirección de Ecología y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Benito Juárez, hay alrededor de 109 cenotes urbanos en el municipio, la mayoría ubicados en el polígono norte de la ciudad. Los estudios realizados por la Upqroo revelan que algunos habitantes de colonias irregulares utilizan el agua de estos cenotes para uso cotidiano, lo que podría convertirse en un serio problema de salud pública.
El riesgo de contaminación aumenta debido a los sistemas de alcantarillado y drenaje para aguas residuales en las zonas urbanas. Cualquier falla en estos sistemas puede resultar en contaminantes filtrándose hacia los cenotes.
“Los altos niveles de contaminantes indican una contaminación constante. Esperamos que esto también sirva para proteger los cenotes turísticos, ya que todo está interconectado y la industria sin chimeneas es la principal fuente de ingreso en el estado,” añadió Díaz Hernández.
El estudio de la Upqroo busca no solo generar una mayor conciencia ecológica, sino también encontrar soluciones para evitar la continua contaminación de los cuerpos de agua y posiblemente del acuífero.
“Estamos trabajando en un método sistemático para purificar esta agua,” reveló el investigador.
Estrategias de protección
Guillermo de Anda, arqueólogo subacuático y explorador del Gran Acuífero Maya, comentó que cuando se sumergen en los cenotes urbanos, utilizan equipos especiales con máscaras completas para evitar el contacto directo con el agua, debido a la alta contaminación. Algunos de estos estanques naturales alcanzan profundidades de hasta 40 metros.
De Anda enfatizó la importancia de idear estrategias para purificar los cenotes sin afectar a los organismos que viven en ellos.
“Es complicado, ya que se trata de cuerpos de agua naturales. Debemos ser cuidadosos para no dañar el ecosistema,” puntualizó.
Fuente: 24 hrs Quintana Roo
