Las fuerzas de Israel han llevado a cabo en las últimas horas una incursión terrestre a pequeña escala en la Franja de Gaza, controlada por Hamás, como parte de un conflicto en curso que ha dejado una cifra significativa de víctimas y daños en ambas partes. El ejército israelí informó que esta operación, la segunda en dos días, tenía como objetivo atacar objetivos del grupo islamista en el centro del enclave palestino, específicamente en la zona de Shuyaiya.
La incursión terrestre estuvo respaldada por aviones de combate y drones, y según el comunicado emitido por las Fuerzas de Defensa de Israel, lograron golpear “docenas” de objetivos de Hamás, incluyendo lanzaderas antitanque, un centro de operaciones y otros puntos de control del grupo. Afortunadamente, en las filas israelíes no se reportaron heridos.
Esta acción militar es parte de una serie de operaciones llevadas a cabo en respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre contra suelo israelí, que resultó en la muerte de 1,400 personas. El portavoz del Ejército, Richard Hecht, señaló que estas operaciones son consideradas como “redadas” y funcionan como ensayos para una posible gran incursión terrestre en el futuro. Hecht también advirtió que habrá más de estas redadas en los próximos días.
El conflicto entre Israel y Hamás ha causado un alto número de víctimas y ha generado preocupación a nivel internacional. Desde el ataque de Hamás en octubre, Israel ha bombardeado la Franja de Gaza a diario, provocando más de 7,000 palestinos muertos y miles de heridos. Por su parte, Hamás ha mantenido una postura desafiante y ha anunciado la captura de rehenes israelíes en respuesta a las operaciones militares israelíes.
La escalada de violencia en la región ha generado un llamado a la calma por parte de la comunidad internacional y un esfuerzo por encontrar una solución pacífica al conflicto. Sin embargo, la situación en el terreno sigue siendo tensa y ambas partes parecen estar comprometidas en continuar con las hostilidades. La incursión terrestre en Gaza es un ejemplo de la complejidad y la gravedad de la situación en la región y plantea la necesidad de un diálogo para buscar una solución duradera.
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