Diez migrantes del Tren de Aragua enviados a Guantánamo
El primer vuelo militar estadounidense transportando migrantes detenidos aterrizó en la Bahía de Guantánamo, Cuba, marcando un hito en la política migratoria de Estados Unidos.
Según autoridades federales, las diez personas a bordo del C-17 son presuntos miembros del grupo delictivo venezolano conocido como Tren de Aragua.
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El presidente Donald Trump ha enfatizado la importancia de Guantánamo como un centro para albergar a los más peligrosos. Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, declaró:
“Eso empieza hoy”, subrayando la firmeza en la implementación de esta política.

Deportación de Presuntos Miembros del Tren de Aragua
El vuelo partió de El Paso, Texas, con destino a una prisión de alta seguridad en Guantánamo, utilizada previamente para detener a miembros de Al Qaeda.
Según Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, los deportados son considerados “extranjeros criminales altamente peligrosos”.
La decisión de ampliar Guantánamo para albergar hasta 30 mil personas fue anunciada por Trump la semana pasada mediante una orden ejecutiva. Este movimiento busca facilitar la deportación masiva de migrantes retenidos en centros como El Paso y San Diego.
Sin embargo, los vuelos militares para deportación son costosos. Según Reuters, cada vuelo puede costar hasta cuatro mil 675 dólares por persona.
Esta estrategia forma parte de la creciente militarización de la política migratoria de Trump, que incluye el envío de tropas adicionales a la frontera y el uso de bases militares para alojar migrantes.
Costos y Ampliación de la Base de Guantánamo
Noem aseguró que el plan no busca mantener indefinidamente a personas en Guantánamo, cumpliendo con la legislación estadounidense.
Los migrantes no serán alojados junto a los detenidos actuales en la base, manteniendo la custodia bajo el control del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
A pesar de las medidas, no se ha especificado el costo total de la ampliación de Guantánamo, establecida en 2002 para detener a militantes tras los ataques del 11 de septiembre. El espacio disponible permitirá acomodar a los deportados mientras se implementa esta controvertida medida.
Este enfoque ha generado debate y críticas tanto a nivel nacional como internacional, reflejando la complejidad y las implicaciones de la política migratoria actual de Estados Unidos.
Fuente: Excelsior
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