Expansión turística en la carretera Puerto Juárez-Punta Sam
Cancún sigue creciendo como uno de los destinos turísticos más importantes del mundo. La construcción del complejo “Incaribe”, un nuevo desarrollo habitacional y hotelero en la carretera Puerto Juárez-Punta Sam, plantea desafíos importantes en materia de infraestructura y medio ambiente.
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Este proyecto contempla 387 departamentos distribuidos en tres torres de nueve niveles cada una, en un predio de casi 20 mil metros cuadrados.
Con una proyección de siete años para su finalización, el complejo busca atraer a más turistas con áreas recreativas, albercas, y un muelle para actividades acuáticas. Sin embargo, este crecimiento acelerado contrasta con la saturación de servicios públicos que enfrenta la ciudad.

Impacto ambiental genera dudas
La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto, presentada ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), identifica 146 impactos ambientales, de los cuales la mitad son negativos. Aunque el documento promete conservar el manglar y la conectividad hídrica, persisten dudas sobre el impacto real de la obra.
El proceso constructivo incluye la perforación del manto freático, lo que ha generado preocupación sobre los posibles daños a los recursos hídricos y al ecosistema local. La región ya enfrenta desafíos en la gestión de sus recursos naturales, y este tipo de desarrollos añade presión adicional.
Problemas de infraestructura en Cancún
El crecimiento de Cancún no da tregua, pero la infraestructura básica no siempre avanza al mismo ritmo. El sistema de drenaje de la ciudad ya está saturado, y la demanda de agua podría complicarse con proyectos de esta magnitud. Además, la carretera Puerto Juárez-Punta Sam, que conecta con Isla Mujeres, ya enfrenta un tráfico considerable debido a otros desarrollos cercanos.
Este contraste entre expansión turística y servicios públicos limitados es uno de los retos más importantes para las autoridades locales. Mientras se promueve el turismo de lujo, la calidad de vida de los habitantes se ve comprometida por la falta de planeación urbana integral.
Lujo y sostenibilidad en conflicto
“Incaribe” promete departamentos con balcones privados, terrazas, y acabados de alta gama. El proyecto también contempla un muelle para actividades recreativas, lo que refuerza su atractivo para el turismo de élite. Sin embargo, este tipo de desarrollos suelen beneficiar principalmente a inversionistas y turistas, mientras que la población local enfrenta los costos sociales y ambientales.
Fuente: Luces del siglo