A pesar de una leve mejoría este año, el nivel de agua de las principales presas de México continúa muy por debajo de lo registrado hace una década. De acuerdo con un informe publicado por BBVA Research, al 31 de marzo de 2025, el promedio de almacenamiento en las 210 principales presas del país se ubicó en 56.5 por ciento, 21 puntos menos que el 77.4 por ciento registrado en la misma fecha de 2015.
El informe titulado “Agua que no has de beber: tendencias sobre el uso y disponibilidad hídrica” revela que en 2024 se alcanzó el nivel más bajo en diez años, con apenas 42.8 por ciento de capacidad. Aunque 2025 muestra un repunte, la situación sigue siendo preocupante, sobre todo ante la persistencia de sequías y la presión que ejerce el cambio climático sobre los recursos hídricos del país.
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Escasez agravada por sequías prolongadas
El estudio señala que la baja disponibilidad de agua está estrechamente vinculada con la presencia de sequías en el territorio nacional. Si bien en 2025 la proporción del país afectada por la sequía es menor que la del año anterior, la vulnerabilidad sigue latente.
La recuperación parcial de los niveles en algunas regiones no es suficiente para contrarrestar la caída sostenida de los últimos años. El análisis advierte que, aunque las condiciones actuales puedan parecer menos severas, existe el riesgo de enfrentar escenarios más adversos en el corto y mediano plazo.
Factores como el aumento de la temperatura global y los patrones de lluvia irregulares continúan afectando la recarga natural de las presas. Esta situación exige una mejor planificación y mayor eficiencia en el uso del recurso, especialmente en sectores como el agrícola, que consume una gran parte del agua disponible.

Inversión insuficiente frena soluciones
BBVA Research reconoce que el Plan Nacional Hídrico 2024-2030 considera estrategias para mejorar la gestión del agua, como aumentar la inversión en infraestructura, optimizar el uso agrícola y ampliar el acceso a agua potable. Sin embargo, advierte que estas acciones enfrentan un obstáculo importante: la reducción constante del presupuesto destinado al sector hídrico.
En términos reales, el presupuesto ha descendido de 59 mil 800 millones de pesos en 2014 a 28 mil 420 millones en 2025. Esta disminución representa más del 50 por ciento en una década, y pone en duda la viabilidad de las metas propuestas en el plan.
Según el análisis, revertir esta tendencia es esencial para concretar mejoras sustantivas. Una estrategia efectiva necesita respaldo financiero, no sólo para construir nuevas obras, sino también para mantener las existentes, mejorar tecnologías de distribución y ampliar los programas de captación y reutilización.
Presas clave bajo presión
Las principales presas del país desempeñan un papel fundamental en el suministro de agua para consumo humano, agricultura e industria. Su estado actual es resultado de una combinación de factores climáticos, demanda creciente y rezagos en infraestructura.
La baja capacidad de almacenamiento limita la respuesta ante emergencias hídricas y compromete la seguridad alimentaria y el bienestar de millones de personas. A esto se suma la sobreexplotación de acuíferos, que actúan como complemento cuando las presas no pueden cubrir la demanda.

Especialistas coinciden en que es urgente adoptar un enfoque preventivo en la administración del agua. Esto incluye monitoreo continuo, modernización de sistemas de riego, regulación del uso industrial y campañas de concientización para la población.
Retos hacia adelante
México se enfrenta a una presión creciente sobre sus recursos hídricos. A pesar de que en 2025 se ha observado una ligera recuperación en el nivel promedio de las presas, la tendencia general de la última década refleja un deterioro constante.
La escasez de agua no es un fenómeno aislado ni temporal. Se trata de un problema estructural que requiere respuestas integrales. La combinación de inversión pública sostenida, políticas regionales bien enfocadas y cooperación entre sectores será determinante para enfrentar los desafíos futuros.
BBVA Research concluye que el país debe anticiparse a las condiciones adversas que podrían agravarse con el paso del tiempo. Actuar ahora es necesario para garantizar un acceso equitativo y sostenible al agua, sin depender exclusivamente de factores climáticos o soluciones de corto plazo.
Fuentes: Luces del siglo
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