La Organización Mundial de Salud (OMS) a generado que los ciudadanos se alejen de las aves moribundas para evitar que la gripe aviar salte a los humanos y se multiplique el riesgo de sufrir a nueva pandemia
Una niña de 9 años estuvo a punto de morir tras convivir con gallinas enfermas en una aldea de Ecuador, sin que saltasen las alarmas durante dos semanas

El análisis del primer caso de esta enfermedad animal en una persona en América Latina, sin embargo, ha destapado una preocupante falta de controles y vigilancia.
Una familia de una aldea de Ecuador compró en diciembre unas gallinas que murieron a los pocos días, a apenas 100 kilómetros de la granja en la que se acababa de detectar el primer brote de gripe aviar del país

La niña empezó a tener síntomas grupales el 25 de diciembre e ingreso cinco días después, pero no se enviaron muestras para analizar hasta el 5 de enero y el positivo no se comunicó a la OMS hasta el 9 de enero.
Los científicos que han estudiado a la niña alertan del “alto riesgo” de que casos así provoquen la aparición de nuevas variantes que representen “una amenaza de pandemia” para la humanidad

El virus de la gripe aviar A(H5N1) lleva más de dos décadas circulando por el mundo. Desde 2003 ha saltado casi 900 veces a los humanos y ha matado a más de la mitad, pero nunca ha llegado a transmitirse eficazmente entre personas.
En los últimos tres años, un subtipo muy contagioso del virus, denominado 2.3.4.4b, ha provocado una propagación sin precedentes de la enfermedad en las aves
Europa sufre la peor epidemia de gripe aviar de su historia y muchos países americanos están en alerta máxima

Fue trasladada la niña Guaranda, a un centro de salud local el 27 de diciembre, con síntomas de gripe, tras convivir con las gallinas que habían muerto una semana antes
El 30 de diciembre fue internada en un hospital general y se le administró un tratamiento contra la meningitis
Finalmente, el 3 de enero fue ingresada en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Pediátrico Baca Ortiz de Quito, con una neumonía muy grave.
La niña estuvo a punto de morir, según confirma la infectóloga Greta Muñoz, directora médica del centro. Tras semanas con ventilación mecánica y antivirales, la pequeña, ya recuperada, fue dada de alta el 17 de febrero

Fuente: El País
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