La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó como “probable provocación” el uso de la bandera nacional durante las protestas contra las redadas migratorias en Los Ángeles, California. La mandataria se refirió específicamente a la polémica imagen de un encapuchado sobre una patrulla policial incendiada, ondeando el lábaro patrio, que se viralizó en redes sociales y fue utilizada por funcionarios estadounidenses para criticar a migrantes.

¿Una imagen manipulada?
“Nosotros no apoyamos la violencia, y algunas fotografías parecen diseñadas para incitar”, declaró Sheinbaum en su conferencia matutina, aunque aclaró que requiere “más información” para confirmarlo. Reconoció que la escena del manifestante con la bandera sobre el vehículo en llamas es “altamente provocadora”, pero insistió en que corresponde a las autoridades de EE. UU. investigar el incidente.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) estadounidense difundió la foto vinculándola con “extranjeros ilegales”, alimentando la retórica antiinmigrante de figuras como Stephen Miller, asesor de Donald Trump. Sheinbaum defendió el carácter pacífico de la comunidad mexicana: “Nuestros connacionales luchan por sus derechos sin violencia”, condenando cualquier acto vandálico.
Tensión bilateral en aumento
El tema agravó la relación con Washington en un momento delicado: este miércoles, Sheinbaum recibió al subsecretario de Estado Christopher Landau, tras las acusaciones de la secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem, quien la señaló de “incitar” las protestas. La presidenta rechazó las imputaciones como “falsas” y reiteró su postura contra la politización de la migración.
Mientras, la bandera mexicana —usada como símbolo de resistencia por manifestantes— sigue en el centro del debate. Analistas advierten que estos episodios podrían exacerbar las tensiones en un año electoral tanto en México como en EE. UU.
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