El gusano barrenador del ganado, erradicado en México en 1991, ha resurgido en el sur del país, cruzando fronteras desde Centroamérica. Esta plaga ha generado alerta sanitaria y tensión política entre ambos países. México confirmó su presencia en Chiapas en noviembre de 2024 y, posteriormente, el primer caso humano en abril de 2025.
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México responde con firmeza
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, calificó de “injusta” la suspensión de importaciones y afirmó que México “no es piñata de nadie”.
El gobierno mexicano ha intensificado las medidas de control sanitario, incluyendo inspecciones, capacitaciones y tratamientos preventivos. Además, se ha alcanzado un acuerdo con Estados Unidos para permitir vuelos diarios de dispersión de moscas estériles y la exención de aranceles aduaneros a equipos necesarios para la operación.

Cooperación en marcha
Estados Unidos ha enviado una delegación del Departamento de Agricultura a México para evaluar las medidas implementadas por el gobierno mexicano contra el gusano barrenador del ganado.
Ambos países acordaron esta visita tras una videoconferencia entre Julio Berdegué, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, y su homóloga estadounidense Brooke Rollins. Estados Unidos también invertirá 21 millones de dólares en la renovación de una planta en Chiapas para producir moscas estériles que ayudarán a combatir la plaga.

La situación sigue siendo crítica, y aunque se han implementado medidas para controlar la plaga, la reanudación de las exportaciones de ganado a Estados Unidos dependerá de la efectividad de estas acciones y de la cooperación continua entre ambos países.
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