Reos de mediana y alta peligrosidad son reubicados bajo fuerte resguardo
La seguridad en Quintana Roo ha dado un paso importante. Un operativo reciente, coordinado y discreto, movilizó a diez personas privadas de la libertad consideradas de mediana y alta peligrosidad. Este movimiento se realizó desde el Centro Penitenciario de Othón P. Blanco, en Chetumal, hacia la cárcel de Cancún, en el municipio de Benito Juárez.
El objetivo principal de esta reubicación es fortalecer el control dentro de las prisiones y mantener la gobernabilidad del sistema penitenciario estatal.
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El traslado se llevó a cabo durante la madrugada, comenzando por la noche y concluyendo alrededor de las 5 de la mañana. Este horario buscó maximizar la seguridad y minimizar cualquier riesgo asociado al movimiento de internos de este perfil.
Las autoridades involucradas mantuvieron los detalles del operativo en estricta reserva, una medida estándar para asegurar la integridad de este tipo de procedimientos.

Estrategia Integral de Seguridad
Este operativo no es un evento aislado. Forma parte de una estrategia más amplia implementada por la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Quintana Roo. Esta estrategia busca la despresurización de los centros penitenciarios, lo que contribuye a aliviar el hacinamiento y mejorar las condiciones generales. Además, se inscribe en un programa de tratamiento progresivo para las personas privadas de la libertad, lo que facilita su futura reinserción social.
La decisión de trasladar a estos internos se basó en evaluaciones exhaustivas. Estas valoraciones priorizan aspectos fundamentales como la disciplina, la seguridad operativa y el equilibrio interno dentro de cada centro de reclusión. Mantener estos elementos bajo control es esencial para el buen funcionamiento del sistema penitenciario y para garantizar un ambiente seguro tanto para los internos como para el personal. La acción subraya el compromiso de las autoridades con un sistema penitenciario robusto y eficaz.

Garantía de Derechos y Colaboración
Durante toda la diligencia, se aseguró el respeto a los derechos fundamentales de las personas trasladadas. El procedimiento se ejecutó bajo condiciones logísticas seguras, diseñadas para salvaguardar la integridad física y emocional de los reos en todo momento. Este enfoque humanitario es un pilar en las operaciones penitenciarias, asegurando que, a pesar de la peligrosidad de los internos, sus derechos básicos sean protegidos.
En este operativo participaron diversas corporaciones de seguridad. Elementos de la Policía Procesal, la Policía Estatal, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional trabajaron en conjunto, junto con personal penitenciario. Esta colaboración interinstitucional es vital para el éxito de operativos de alta complejidad como este. La participación de múltiples fuerzas de seguridad resalta la magnitud del esfuerzo y la coordinación necesaria para garantizar que el traslado se realizara sin incidentes.