Cambiar un coche por un terreno fue el punto de partida de una historia que combina reforestación, cocina vegana y resiliencia. Michel Moreno Mercadillo, un emprendedor originario de Cancún, encontró en la yaca no solo una fruta exótica, sino una misión de vida: transformar la alimentación y regenerar el entorno desde la comunidad de Solferino, al norte de Quintana Roo.
Todo comenzó con un anuncio en línea. Michel Moreno quería vender su coche, pero recibió una propuesta inusual: intercambiarlo por un terreno en Solferino. Lo que parecía un trato arriesgado se convirtió en un hallazgo mágico. A escasos metros del terreno, descubrió una plantación de yaca abandonada desde 2005, tras el paso del huracán Wilma. La había sembrado un vietnamita décadas atrás.
“Cuando llegué y conté que quería sembrar yaca, me dijeron: ‘Aquí a la vuelta hay una huerta olvidada’. Fui a verla y fue amor a primera vista”, recuerda Michel con emoción.
A más de 10 años de ese hallazgo, Michel no solo restauró la plantación, también creó Jackfruit México, una empresa que lleva esta fruta tropical a las mesas de la Riviera Maya transformada en tinga, tacos, pozole y otros platillos veganos.
Un fruto exótico que imita la carne
La yaca, originaria del sur de Asia, es conocida como “la carne de los tontos”, ya que su textura fibrosa se asemeja a la carne deshebrada. Rica en fibra, baja en grasas y versátil en la cocina, Michel Moreno la convierte en una opción sustentable para quienes buscan una alimentación más consciente.
“Cuando vi una yaca de 20 kilos por primera vez, me impactó. Pensé: ‘Esto hay que hacerlo más accesible’. Y así nació la idea de crear productos congelados, cocinados y deshidratados para que cualquiera pueda prepararlos en casa sin complicaciones”, explica.
Reforestación y economía circular
La yaca no solo nutre, también regenera. “Crece del tronco principal del árbol, y necesita mucha agua, así que en Yakalandia —como Michel Moreno llama a su plantación— aprovechamos tanto la lluvia como el riego artificial. Esto permite reforestar y mantener un ecosistema vivo”.
El proyecto es un ejemplo de economía circular, pues rescata tierras abandonadas, da empleo local y promueve una alimentación vegetal sin dañar el entorno.
Un emprendimiento con conciencia
Lo que comenzó como una intuición hoy es una empresa consolidada que ha transformado la cocina vegana de restaurantes en la Riviera Maya y más allá. Pero para Michel Moreno, el verdadero logro es haber devuelto la vida a un espacio olvidado, sembrando futuro con cada yaca.
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