Álvaro Uribe enfrenta prisión: jueza comprobó soborno y fraude procesal
El expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, de 73 años, enfrenta la posibilidad de una pena de cárcel tras ser declarado culpable en primera instancia por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal.
La jueza 44 Penal del Circuito de Bogotá, Sandra Heredia, afirmó este lunes que se comprobó la materialidad del delito de soborno durante el juicio, un fallo que ha resonado profundamente en la polarizada política colombiana.
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Un proceso con raíces en 2012
El caso contra el expresidente Uribe se remonta a 2012, cuando el entonces senador Iván Cepeda preparaba una denuncia en el Congreso por presuntos vínculos de Uribe con grupos paramilitares. Uribe, a su vez, demandó a Cepeda ante la Corte Suprema de Justicia por supuesta manipulación de testigos. Sin embargo, el magistrado a cargo del caso, José Luis Barceló, no encontró méritos para investigar a Cepeda y, en cambio, inició un proceso contra el expresidente por presunta manipulación de testigos para que no declararan en su contra.
La investigación se centró en las acciones del abogado Diego Cadena, quien representó a Uribe, y sus contactos con el exparamilitar Juan Guillermo Monsalve. Monsalve, hijo del administrador de una hacienda de la familia Uribe, es el testigo clave del caso y había testificado ante la Corte Suprema de Justicia sobre la supuesta fundación del Bloque Metro de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en la hacienda de los Uribe entre 1996 y 1997.
Jueza declara acreditado soborno y evidencia manipulación de Monsalve
En la audiencia de este lunes, la jueza Sandra Heredia fue contundente al señalar que “el primer soborno en actuación penal en cuanto a la materialidad de la conducta punible ha quedado acreditado”. Según la jueza, se puso en marcha una estrategia para que Juan Guillermo Monsalve “faltara a la verdad ante la Corte Suprema de Justicia y desmintiera lo dicho” previamente sobre los supuestos vínculos de Uribe y su hermano Santiago con grupos paramilitares.
Adicionalmente, la jueza Heredia indicó que la estrategia buscaba que Monsalve “argumentara que lo allí expresado era producto de la actividad malintencionada del senador Iván Cepeda Castro, quien había obtenido ese coloquio bajo promesas de beneficios carcelarios”. La jueza no precisó, no obstante, si el expresidente es responsable de este delito en calidad de determinador.

Un punto crucial del fallo fue la validación de pruebas rechazadas por la defensa de Uribe, como las interceptaciones al celular del exmandatario y las grabaciones realizadas con un reloj espía por Monsalve en la cárcel La Picota durante sus conversaciones con el abogado Cadena. La jueza dictaminó que estas pruebas fueron obtenidas legalmente y no violaron el derecho a la intimidad, señalando que ocultar información al interlocutor “no debe entenderse como una actuación indebida o delictiva”.
Reacciones en la esfera pública y política
La figura de Álvaro Uribe, presidente de Colombia entre 2002 y 2010, ha sido central en la política colombiana por décadas. Su popularidad, cimentada en la política de “seguridad democrática” y su lema “mano firme, corazón grande” contra las guerrillas y el narcotráfico, contrasta con los numerosos procesos judiciales que ha enfrentado.
Entre estos destacan denuncias por presuntos vínculos con el narcotráfico en los años 80, conexiones con paramilitares durante su gobernación de Antioquia (1995-1997), y los casos de las interceptaciones del DAS y los “falsos positivos” (ejecuciones de civiles presentados como guerrilleros). La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha investigado miles de estas ejecuciones ocurridas durante su Presidencia.

Tras el fallo de hoy, las redes sociales y el ámbito político se han movilizado. Los seguidores de Uribe han expresado su apoyo, calificando el proceso como una persecución política de la izquierda. Por su parte, los opositores han manifestado satisfacción, viendo el fallo como un paso hacia la rendición de cuentas.
Uribe, que ha mantenido una fuerte influencia en la política colombiana incluso después de dejar la Presidencia, aseguró ayer en un discurso en Medellín que en Colombia existe una “naciente dictadura” que hay que combatir “con las ideas”, en una clara referencia a las elecciones de 2026.
Fuente: López Dóriga






