Cancún.- El Pez Diablo es una especie exótica invasora que se encuentra establecida en ambientes de agua dulce, sobre todo ríos y lagunas de Michoacán, Tabasco y Chiapas; incluso fue encontrado uno en un cenote de Campeche.
Al cavar de manera profunda sus madrigueras en la orilla de los cuerpos de agua, para depositar sus huevecillos, provoca erosión al reblandecerse o debilitar la tierra cuando baja el agua; lo que a su vez propicia inundaciones en los poblados y ciudades cercanas.
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El problema es ya se encuentra en la Riviera del Río Hondo, de acuerdo a reportes del 2015, en el poblado La Unión; con el riesgo de expandirse en dos años hacia la Laguna de Siete Colores de Bacalar, al estar conectado por el estero de Chac.
Al ser territorial y muy agresivo el Pez Diablo, desplaza a otras especies, sobre todo migratorias como el robalo, previno la bióloga Rosa María Loreto, de Amigos de Sian Ka´an. Indicó que en donde hay abundancia, las especies se comen a otras especies menores y remueven el fondo de agua en busca de su alimento, por lo que el agua se vuelve turbia.
La subdirectora del programa de Conservación Marina explicó que el Pez Diablo son aquellas especies que vemos en las peceras de las casas, utilizadas para limpiar los recipientes, de apariencia inofensiva.
El problema, dijo, es que crecer hasta 40 centímetros las personas ya no saben qué hacer con ellas y las dejan libres en ambientes de agua. Por lo que se han multiplicado en ríos y lagunas,
Al ser exóticas, señaló, no tienen depredadores naturales que limiten su multiplicación, por lo que sólo se pueden controlar, más no erradicar. Como sucede con el Pez León, en la costas de Quintana Roo, y que dañan los arrecifes al devorarlos.
Dijo que hay evidencias en Michoacán y Chiapas en la que se han visto a cormoranes y cocodrilos devorando a los peces Diablo.
Recordó que desde el 2015, el Departamento de Caza y Pesca de Belice alertó de la presencia del pez en los cuerpos de agua dulce que confluyen con el Río Hondo, por lo que el personal se acercó con los investigadores del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).
Por lo que, platicó, se generó un programa de alerta de manera conjunta con la Comisión Nacional del Agua y la Comisión de la Cuenca del Río Hondo, para alertar a la población ribereña y los daños que podría causar en caso de reproducirse y extenderse.
La bióloga Rosa María Loreto informó que desde hace dos años, recibieron recursos de la Fundación Carlos Slim para un programa y darle continuidad a la investigación y lograr controlar a la especie, bajo la asesoría del doctor Juan Jacobo, investigador de Ecosur.
Gracias a eso, informó que hacen recorridos en la orilla del río, y les imparten a los pobladores y sobre todos a estudiantes de 15 comunidades, desde La Unión hasta El Palmar, pláticas y cursos a fin de identificar la amenaza y valoren su medio ambiente para que los pesquen y con ello controlar su reproducción.