Aunque Cancún ha registrado más de 900 casos nuevos de VIH en 2023 hasta el 1 de diciembre, la participación en las pruebas de detección ha sido limitada, según Héctor González, titular de salud en Benito Juárez. A pesar de los esfuerzos realizados mediante brigadas de salud que ofrecen pruebas gratuitas con un alcance máximo de 70 personas, la comunidad muestra poca disposición para realizarse estos exámenes.
González señala que la reticencia a someterse a las pruebas es un problema grave de salud pública, ya que la falta de conciencia sobre la importancia de la detección temprana del VIH afecta la capacidad de proporcionar tratamientos oportunos. Destaca la necesidad de superar los tabúes y la vergüenza asociada con la realización de las pruebas, enfatizando que la prevención y el diagnóstico temprano son fundamentales para abordar el VIH de manera efectiva.
En Quintana Roo, existen cinco unidades del Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención al SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) y Servicios de Atención Integral Hospitalaria (SAIH), donde se realizan pruebas rápidas de detección del VIH. A pesar de la disponibilidad de estos servicios, la falta de conciencia y la reticencia a realizar las pruebas continúan siendo obstáculos significativos.
ONUSida ha establecido metas ambiciosas para el año 2030, con el objetivo de que el 95 por ciento de las personas con VIH conozcan su condición serológica, el 95 por ciento esté en tratamiento y el 95 por ciento alcance la supresión viral necesaria. En México, aún persisten desafíos, ya que tres de cada 10 personas que viven con VIH desconocen su condición, cuatro de cada 10 no están en tratamiento, y cinco de cada 10 que reciben tratamiento no logran la supresión viral.
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