Durante los últimos meses de pandemia las consultas al especialista se redujeron, así como los diagnósticos, lo que provocó que los pacientes acudieran a consulta con más afectaciones, tanto a nivel de la piel como en lo emocional y de autoestima.
Helena Vidaurri, médico dermatólogo pediatra, señaló que “las medidas de confinamiento hicieron que los pacientes dejaran en segundo plano su tratamiento generando un aumento en la gravedad de los síntomas tales como sangrado, comezón, dolor, depresión y problemas de sueño”.
Asimismo, instó a que los pacientes retomen sus consultas con los especialistas a fin de evitar mayores complicaciones en su calidad de vida.
La dermatitis atópica es una enfermedad con un origen inmunológico profundo que, en sus etapas más graves, no se controla a través de cremas o pomadas”, mencionó la especialista.
La dermatitis atópica se ha convertido en un problema de salud pública que afecta al 20% de la población mexicana y a 4 de 10 adolescentes.
Su origen está relacionado con la inflamación tipo 2, es decir, una respuesta exagerada del sistema inmune ante alérgenos u otros factores que, a nivel físico, desencadenan erupciones cutáneas, resequedad, comezón intensa, enrojecimiento de la piel e incluso sangrado.
Por su parte, Antonio Loaeza, director médico de Sanofi Genzyme, mencionó que los pacientes ya cuentan con dupilumab, una nueva opción de tratamiento para la dermatitis atópica grave, que representa un nuevo paradigma en el control de la enfermedad, debido a que inhibe el proceso inflamatorio desde su origen inmunológico.
36% de pacientes con DA tienen más probabilidad de intento de suicidio
Un estudio publicado en la revista JAMA Dermatology en 2018 reveló que el 36% de pacientes con DA tienen más probabilidad de cometer un intento de suicidio.
Por tal motivo los especialistas piden atender este padecimiento de origen inmunológico que, además de los malestares físicos, ocasiona angustia emocional, ansiedad, vergüenza, estigma social y depresión, por lo tanto, tiene un impacto profundo en el bienestar psicosocial y la calidad de vida de las personas.
Además, esta condición crónica inflamatoria altera la barrera de la piel, provocando agrietamientos, lesiones y resequedad que pica mucho y duele al tacto.
Said Arablin Oropeza, médico alergólogo e inmunólogo pediatra de Sanofi, refiere que “todos experimentamos comezón en algún momento del día. En esos momentos que ocurren ocasionalmente, diríamos que el rascado tiene un efecto placentero; sin embargo, hay que entender que en pacientes con DA, la comezón es persistente, se experimenta todo el día y por varios años, lo cual genera un grado de incomodidad y dolor que altera al paciente en muchas esferas de su vida. Por ello, es importante anticiparse a esta realidad e incorporar el cuidado de la salud mental como pieza clave de la estrategia de atención de la DA.”