Chetumal.- La Costa Maya es invadida por grupos de centroamericanos armados que pretenden expulsar a los propietarios de terrenos de alta plusvalía, quienes son patrocinados por extranjeros que proyectan desarrollos de alto poder adquisitivo, a mediano plazo.
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Los afectados denunciaron el hecho desde el anonimato, pues temen por su integridad, familias y patrimonio, pues han sido amenazados de muerte. Inclusive, algunos mandaron a sus consanguíneos a vivir a otras partes.
Ante este escenario empresarios y ciudadanos integrantes del Consejo Ciudadano de Majahual, y piden la intervención de las autoridades.
En conferencia de prensa, Juan Carlos Ortega Prado, Enrique Sotelo Gerónimo y José Alcoce, confirmaron que han sostenido las primeras reuniones con autoridades de la Secretaria de Gobierno para atender la problemática que se registra en Mahahual a consecuencia de las invasiones que se ha agravado en los últimos años, tras enviar una carta al gobernador Carlos Joaquín González en busca de apoyo.
Territorio en disputa
A la fecha se estima que son 300 hectáreas las que han sido invadidas por grupos armados que pretenden adueñarse ilegalmente de los predios.
Las superficies invadidas son “el Sagrado Corazón”, “Belem” y “el Manicero”.
Defensa legal
Los denunciantes informaron que ya procedieron penalmente ante la Fiscalía General del Estado (FGE), sin embargo denunciaron que no hay avances pues únicamente cuenta con un perito valuador y su dictamen tarda hasta siete meses, mientras que al estado van llegando más invasores.
“Las personas que están llegando son de otros países, como Honduras, Nicaragua y el Salvador, vienen ligados a otras organizaciones de preocupación, que invaden, y hacen fechorías… Eso es preocupante : me dijeron si Juan Carlos llega a su terreno le damos un tiro”, relató.
La situación es de temor porque estos invasores centroamericanos andan armados con machetes y armas de fuego para repeler cualquier intento de desalojo, por lo que los propietarios temen perder su patrimonio obtenido durante años de esfuerzo. Herlindo Vázquez