Estados Unidos, (agencias).- Varias son las imágenes que muestran a una enorme figura cerca del sol que pareciera estar absorbiéndolo. La esfera con una larga cola fue visible durante casi 80 horas y luego desapareció, y a lo largo de su camino dejó las huellas de una serie de llamaradas solares que no se calmaron hasta casi seis horas más tarde.
Las imágenes las otorgó el Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA, que es uno de los más sofisticados satélites hasta el momento conocido.
Según los estudios realizados sobre las imágenes capturadas, las dimensiones de la esfera superan el planeta Júpiter y se trata de una especie de hueco transitorio en el plasma solar, es decir, “nubes ardientes de materia” que son expulsadas por el propio Sol, en periodos de actividad máxima.
Estas expulsiones, cuando llegan a la Tierra, pueden provocar averías en los satélites, sistemas eléctricos y de comunicaciones. De esta manera, los investigadores descartaron la posibilidad de que aquella aparición se tratase de un ovni gigante o de agujeros negros, y que simplemente fue un fenómeno natural que es habitual para el mundo científico.
Los agujeros coronales también se pueden producir poco antes de una tormenta solar y, cuando se forman en el borde de la corona son perfectamente visibles, ya que su perfil destaca contra el fondo negro del espacio.
Estas tormentas energéticas proyectadas por el Sol pueden llegar a abastecer de energía a la Tierra. No existe una forma práctica de recoger toda esa energía, ya que se encuentra muy lejos de la superficie terrestre y la mayor parte vuelve rebotada al espacio.
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