En la lucha contra los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual, la educación sexual se revela como un pilar fundamental que debe comenzar en el hogar. Así lo enfatiza la educadora sexual Diana González Sánchez, asistente de programas sociales de la Fundación DKT México, quien advierte sobre los riesgos de dejar esta responsabilidad únicamente en manos de profesores y libros de texto.
González Sánchez argumenta que iniciar una vida sexual sin la información adecuada puede desencadenar consecuencias devastadoras, tales como embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Para ella, la educación sexual debe ser un tema de conversación abierto entre padres e hijos para evitar problemáticas que afectan a la comunidad.

Según datos de la Secretaría de Salud, el municipio enfrentó al menos 1,210 casos de embarazos en adolescentes hasta el año pasado, resaltando la urgente necesidad de involucrar a diversos actores en la prevención de esta problemática. A pesar de los esfuerzos por incluir la educación sexual en los libros de texto, González Sánchez subraya que la base de esta formación se encuentra en el seno familiar.
“El inicio de una vida sexual sin información adecuada no solo puede resultar en embarazos no deseados, sino también en otras problemáticas, como la adquisición del VIH o el Virus del Papiloma Humano. He presenciado casos alarmantes en adolescentes de aproximadamente 16 años en varios municipios del estado”, explica la psicóloga y educadora sexual.
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Ella destaca que, de acuerdo con las estadísticas, las jóvenes comienzan su vida sexual entre los 14 y 16 años, pero en la actualidad, se ha observado un alarmante inicio a edades cada vez más tempranas, incluso a los 12 años.
“A veces, a los padres les resulta difícil abordar estos temas de educación sexual con sus hijos, sin darse cuenta de que la prevención es la mejor herramienta”.
Como parte de su programa social, González Sánchez lleva la educación sexual no solo a las aulas en colaboración con instituciones gubernamentales, como el Instituto Municipal de la Juventud (Imjuve), sino también a través de sesiones informativas con madres y padres de familia, para equiparlos con las habilidades necesarias para abordar estos temas con sus hijos.

“Es esencial comprender que hablar de sexualidad va más allá de los actos sexuales en sí. Implica discutir sobre nuestro propio cuerpo, nuestras decisiones, el consentimiento y el concepto mismo de sexualidad. A partir de ahí, podemos hablar de la prevención de delitos sexuales”.
Gonzales Sanchez
Además, la educadora sexual señala que aproximadamente el 90% de las jóvenes han contraído alguna enfermedad sexual de una pareja con la que creían tener una relación estable. Este número se ha duplicado durante la pandemia, subrayando la urgente necesidad de una mayor prevención en la sociedad.
En resumen, la educación sexual desde casa se erige como un pilar esencial en la prevención de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Los padres, educadores y la comunidad en su conjunto tienen un papel crucial en esta tarea, y es imperativo que se aborden estos temas de manera abierta y responsable para garantizar un futuro más saludable para los jóvenes.
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