En la quietud de los polos, un sonido expansivo quiebra el silencio.
A este le acompaña un desfile de luces verdes, turquesas y azules que invaden la bóveda celeste.
National Geographic, refiere que durante siglos, científicos y exploradores que visitaban las latitudes más septentrionales del planeta este fenómeno parecía inquietante, no imaginaban que el sonido que rompía el silencio pudiera venir de las auroras boreales.
Según explica la filósofa de la ciencia Fiona Amery, doctorante de la Universidad de Cambridge, el hecho de que emitieran sonidos fue descartado por múltiples corrientes científicas.
Finalmente un equipo de la Universidad Aalto, en Finlandia, encontró la respuesta a este fenómeno ‘fantasmagórico’, con base su publicación para ResearchGate.
Quienes han escuchado el sonido de las auroras boreales coinciden en que podría pasar desapercibido.
En algunas ocasiones, incluso, resulta imperceptible al oído humano. Sin embargo, según los investigadores de Aalto, está presente incluso cuando el espectáculo de las luces nórdicas no se alcanza a ver a simple vista.
Han encontrado el origen de este fenómeno natural
Las auroras boreales ocurren «cerca de los polos de la Tierra, donde el campo magnético es más fuerte.
Las auroras boreales se convierten en la coraza natural que tiene nuestro planeta contra la actividad solar.
Sin ella, los golpes de las tormentas geomagnéticas acabarían con la vida como la conocemos.
En lugar de ello, explica Julio César Mejía, investigador del Laboratorio Nacional de Clima Espacial (LANCE) del Instituto de Geofísica (IGF) de la UNAM, generan fenómenos naturales vistosos.
En los polos del planeta, los golpes de las partículas energéticas del Sol se convierten en auroras boreales y destruyen los satélites artificiales que se encuentran a su paso.
Históricamente, el sonido que emiten estas luces se ha descrito como ‘cascadas a la distancia’, o como una especie de ‘estática débil‘, documenta Science Alert.
Sin embargo, nunca se había conducido un estudio para averiguar su origen y naturaleza.
Ahora, Unto K. Laine de la universidad finlandesa no sólo logró grabar material en directo que demuestra el sonido de las auroras boreales, sino que piensa haber encontrado su origen natural.
Parece ser que todo viene de la sensibilidad del campo magnético terrestre
Según el estudio, existe una relación entre las «fluctuaciones geomagnéticas [de la Tierra] y los sonidos de las auroras«, explican los autores del estudio.
Sin embargo, lo que más les sorprendió fue el hecho de que se escucharan incluso cuando no hubiera luces nórdicas encendiendo las alturas.
Dado que las auroras nacen cuando el viento solar se estrella contra la magnetosfera de la Tierra, este impacto podría generar también el sonido que emiten.
Por ello, piensa Laine, el sonido podría ser mucho más común de lo que se pensaba antes.