Esposa en caso Dorado: ‘Rechazo lo que hizo mi esposo’
Caso Aeropuerto: La Otra Cara de la Moneda
El video de la agresión en el Aeropuerto El Dorado, que fue publicado por el medio La Gacetilla, sigue generando controversia. Mientras la víctima se recupera y recibe apoyo de la Secretaría de la Mujer, la atención se ha volcado hacia la parte agresora. La reacción de la esposa del agresor y el silencio de este han dado a conocer un lado distinto de la historia, en el que las consecuencias de la agresión han afectado el entorno personal y profesional de la familia.
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Declaración en redes conmociona: empresa también se distancia
La primera en pronunciarse fue Carolina, la esposa de Héctor Fabio Santa Cruz Marulanda. A través de un video y un comunicado en las redes sociales de su empresa, Khala, que se especializa en calzado y textiles, se desmarcó por completo de las acciones de su pareja. La empresaria expresó su “profundo dolor” por lo sucedido, afirmando que el acto de su esposo iba en contra de todos los valores que su marca representa.
La reacción de la esposa ha sido interpretada como un intento de mitigar el daño a la reputación de su negocio, que había recibido una avalancha de críticas y llamados al boicot en las redes sociales.
“No lo justifico, no lo apruebo y no me quedo callada”, declaró Carolina, dejando claro que, aunque lamentaba el incidente, su prioridad era distanciarse de la violencia.
La empresaria aseguró que su esposo “asumirá las consecuencias de lo que hizo”, dando a entender que él sería el único responsable de sus actos ante la ley.
El silencio del agresor
En contraste con las declaraciones de su esposa, el agresor, Héctor Fabio Santa Cruz Marulanda, ha mantenido un absoluto silencio. Tras su detención en el aeropuerto y su posterior imputación por el delito de lesiones personales agravadas por violencia de género, no ha emitido ningún comunicado.
Los abogados de Santa Cruz Marulanda han informado a la prensa que no es “oportuno ni adecuado” que su cliente haga declaraciones, una estrategia que sugiere un intento de no agravar su situación legal. Con una pena de hasta seis años de prisión en el horizonte, la defensa ha optado por el silencio, lo que ha generado aún más indignación en redes sociales, donde se le acusa de cobardía y de no mostrar arrepentimiento.
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