El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) aceptó la renuncia de Pedro Alberto Velázquez Castro, su director de Seguridad y Resguardo del Patrimonio Cultural, luego de que varios museos en Ciudad de México se vieran obligados a cerrar temporalmente por falta de personal de vigilancia. Entre los recintos afectados estuvieron el Museo Nacional de Antropología, el Museo del Carmen y el Castillo de Chapultepec, escenificando una crisis que llegó en un momento de alto perfil mediático: justo cuando el Museo Nacional de Antropología recibía el Premio Princesa de Asturias de la Concordia.
La salida de Velázquez Castro se da en medio de cuestionamientos sobre errores en la licitación del servicio de seguridad privada que reemplazó a la tradicional Policía Auxiliar de la Ciudad de México.
Las empresas adjudicadas no cumplieron con el número de guardias requerido, lo que derivó en cierres preventivos de instituciones clave, ante el riesgo de exponer el patrimonio cultural sin protección adecuada.
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Medidas inmediatas y repliegue de fuerzas
En respuesta inmediata, la Secretaría de Cultura declaró que la Policía Auxiliar de CDMX se reincorporaría de forma urgente para cubrir los espacios vacantes y garantizar que las puertas de los museos volvieran a abrirse con normalidad .
Además, se inició un proceso de evaluación para extender esa estrategia a nivel nacional, revisando protocolos de seguridad, contratos y capacidad de respuesta en otras regiones bajo la tutela del INAH.

Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura, fue enfática en afirmar que “no se pondrá nunca en riesgo el Patrimonio nacional” y que se implementarán las medidas necesarias para fortalecer la protección del acervo histórico.
El impacto de los recortes en cultura
El conflicto no se reduce a un error administrativo, sino que revela un problema estructural: las restricciones presupuestales que desde la administración pasada golpean a la cultura.
Desde recortes en licencias y mantenimiento, hasta la falta de fondos para servicios básicos, el INAH ha acusado un recorte cercano al 45 % en su presupuesto durante 2025, generando dificultades para cumplir con su misión de conservación y difusión cultural .
La situación generó protestas entre trabajadores y sindicatos, quienes advierten que los cierres pueden repetirse. Expertos y consultores culturales señalaron que fue la presión mediática derivada del alto reconocimiento recibido por la institución la que aceleró una solución que debió ocurrir antes.

Claudia Curiel también abordó el tema de posibles denuncias por acoso contra Velázquez Castro, quien en su paso por el Instituto Nacional de Migración fue acusado informalmente, aunque ninguna de esas acusaciones ha sido formalizada ante las instancias competentes.
Balance y perspectivas
La renuncia de Pedro Velázquez marca un punto de inflexión: una respuesta institucional a errores y evidencia de que el cuidado del patrimonio ya forma parte de la agenda pública. No obstante, la crisis también deja una lección clara: sin recursos suficientes, personal profesional y contratos transparentes, los museos del INAH seguirán navegando entre cierres y vulnerabilidades.
El reto ahora es recuperar la confianza de trabajadores y visitantes; asegurar que los protocolos de seguridad no se vean más comprometidos y que la cultura reciba la atención y presupuesto que merece, para que hechos como estos no vuelvan a repetirse.
Claudia Curiel concluyó que el patrimonio cultural “no se negocia”, y que esta situación servirá como catalizador para modernizar y blindar la vigilancia en todo el país. No obstante, persiste la presión de mantener esa promesa en los pasillos, salas y vestíbulos de la historia nacional.
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