El cambio climático afectará los hábitats de las especies y en consecuencia, comenzarán a compartir espacios en los que no convivían, y aumentarán los encuentros entre especies.
De acuerdo a un estudio de la revista Nature, el impacto de los cambios en el clima provocaría más de 15000 nuevos casos de mamíferos que transmiten virus a otros mamíferos, y consecuentemente la posibilidad de intercambiar patógenos se incrementará.
Una teoría muy difundida sobre el surgimiento del coronavirus COVID19 fue precisamente, la convivencia de una especie salvaje al ser humano, lo que se conoce como transmisión zoónotica.
El estudio advierte que un aumento previsto en los virus que saltan entre especies podría desencadenar más brotes. Por esta razón, concluye, los gobiernos deberían estar atentos a la vigilancia de patógenos y mejorar la infraestructura médica.
La transmisión de nuevos virus ocurrirá cuando las especies se trasladen a regiones más frías debido al incremento de temperaturas, y señala que ocurrirá con mayor frecuencia en ecosistemas ricos en especies en elevaciones altas, particularmente África y Asia. Se estima que la cantidad de encuentros se incremente hacia 2070.
Con esto, concluyeron los investigadores, se piensa que las siguientes décadas no sólo serán más calurosas, sino más enfermas.
Sistema de modelaje
El equipo de investigación probaron diferentes modelos durante cinco años, combinando transmisión de virus con escenarios de cambio climático, centrándose en los mamíferos por su relevancia para la salud humana.
Utilizaron suposiciones sobre que tan lejos y ancho se extenderían las especies a medida que el clima cambiara. Sin embargo, factores como adaptabilidad a condiciones locales o cruzar barreras físicas son difíciles de predecir.
Se piensa que el murciélago esté involucrado en la transmisión independientemente de estos factores, por su conocido rol como reservorios de virus, y al ser el 20% de los mamíferos.
Salto a los humanos
“Predecir el riesgo de saltos virales de mamíferos a humanos es más complicado, ya que estos efectos secundarios tienen lugar en un entorno socioeconómico humano y ecológico complejo”, según Kate Jones, quien modela las interacciones entre los ecosistemas y la salud humana en el University College London.
Albery y uno de sus coautores, Colin Carlson, biólogo del cambio global también de la Universidad de Georgetown, dicen que, aunque es inevitable cierto aumento en la transmisión de enfermedades, no es excusa para la inacción.
Ellos hacen un llamado a los gobiernos y a la comunidad internacional para que mejoren el monitoreo y la vigilancia de los animales salvajes y las enfermedades zoonóticas, particularmente en futuros puntos críticos como el sudeste asiático. Mejorar la infraestructura de salud también es esencial, dicen.
Estas últimas medidas, sostienen, también son una manera de adaptación al cambio climático.