Contraste doloroso: mientras Quintana Roo impulsa foros contra la trata infantil, niñas venden en semáforos de Cancún
La explotación infantil en Cancún se hizo visible una vez más. A las 6:00 de la tarde del jueves, en el cruce de las avenidas La Luna y Kabah, el tráfico lento reveló una escena que, aunque común, contradice los marcos legales e institucionales del estado.
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En el semáforo en la Avenida Kabah se convirtió en el escenario de una imagen conmovedora. Entre los autos, una niña, que apenas rebasaba los nueve años, ofrecía paletas a los conductores. Su mirada se perdía en los cristales polarizados de los vehículos. A pocos metros, una mujer con un bebé en un rebozo extendía una caja de dulces, buscando la atención de los automovilistas. La conexión entre ambas, aunque sugerida, era incierta.

El Artículo 47 de Quintana Roo prohíbe el trabajo infantil, pero en las calles de Cancún la realidad es otra
La imagen contrasta con el espíritu del Artículo 47 de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Quintana Roo, que prohíbe expresamente el uso de menores en actividades como mendicidad o comercio ambulante, al considerarlas riesgosas para su desarrollo integral.
Las sanciones por esta práctica, vigente desde 2015, pueden incluir multas de hasta cinco mil UMAS y la intervención de las autoridades de protección infantil.
La contradicción se vuelve aún más evidente a la luz de los recientes esfuerzos institucionales para erradicar este tipo de violencia. El pasado 30 de julio, el Sistema DIF Quintana Roo, encabezado por Verónica Lezama Espinosa, presidenta honoraria, lanzó el Foro Taller “Uniendo Voces: Todas y Todos Contra la Trata de Personas”.
El programa busca capacitar a funcionarios, prestadores de servicios turísticos y ciudadanía para prevenir, detectar y combatir todas las formas de trata, incluida la explotación infantil en espacios públicos.
Entre lemas de protección y realidades urgentes: la infancia que sigue esperando
“Las niñas y los niños no se rompen” y “Las personas no se compran” son los lemas de las campañas impulsadas desde el DIF estatal como parte del Nuevo Acuerdo por el Bienestar y Desarrollo de Quintana Roo. Sin embargo, las calles aún evidencian que los esfuerzos, aunque firmes en el papel, enfrentan obstáculos estructurales que trascienden el discurso: desigualdad, impunidad y una economía informal que sostiene prácticas nocivas para la infancia.
De acuerdo con un informe de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), Quintana Roo ocupa el tercer lugar nacional en trabajo infantil en vía pública, fenómeno estrechamente ligado al turismo masivo y a la falta de redes de protección efectivas.

Entre foros de prevención e infancias interrumpidas: la trata que no vemos
Durante el foro “Uniendo Voces”, especialistas de organismos como la UNODC, ECPAT México y ANTHUS A.C., advirtieron sobre el aumento del reclutamiento infantil para mendicidad forzada y otras formas de trata. La titular de Crimen Organizado de la UNODC, Natalia Espinoza Rojillo, subrayó que estas redes aprovechan la marginación y la normalización social de ciertas prácticas para explotar a menores sin que las comunidades lo perciban como un delito.
Mientras el semáforo cambiaba a verde y los vehículos reanudaban su marcha, la niña con la caja de paletas regresaba a la acera, donde la esperaba el humo del tráfico y una infancia interrumpida. A unos kilómetros de distancia, las autoridades hablaban de prevención, rutas de canalización y protección integral. Ambas escenas coexistían bajo el mismo cielo caribeño.
Aunque la realidad en las calles evidencia retos complejos, programas como Uniendo Voces son un paso necesario para avanzar hacia un Quintana Roo donde cada niña y niño viva protegido, no expuesto.
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