Los médicos, enfermeras, paramédicos, ambulancieros están hartos y van a la huelga tras el Covid y su resurgimiento.
Este lunes los médicos independientes franceses iniciaron una huelga hasta el 2 de enero, cuando el país está sumergido nuevamente en el Covid, la bronquiolitis y una epidemia de gripe.
Los aplausos a su titánica tarea cada atardecer en los terribles días del Covid ya han pasado al olvido.
Hoy los médicos franceses se cuestionan su propia profesión, cuando hay una completa escasez de medicamentos, incluidos antibióticos, que en un 83 por ciento se fabrican en China, y las consultas se pagan nada.
Con el Covid en China y sus encierros sanitarios, las fábricas se han frenado y no hay producción de antibióticos.
En Francia falta la amoxicilina, entre otros, y el paracetamol.
Los médicos franceses, que tienen su consultorios en la ciudad y no en los hospitales, luchan por un aumento en sus precios de sus consultas.
Algunos cobran solo 25 euros y establecen un límite de 10 minutos por consulta ante la cantidad de pacientes.
Luego de que su huelga del 1 y 2 de diciembre quedara sin respuesta, planean endurecer el movimiento.
Cerrarán sus prácticas nuevamente desde hoy 26 de diciembre al 2 de enero, según la convocatoria del colectivo Médicos para Mañana, y varios sindicatos incluyendo la SML, la FMF y la UFMLS.
No habrá consultas ni médicos a domicilio.
Las razones para que los médicos franceses protesten
“Nuestras pretensiones son legítimas. Hemos realizado largos y difíciles estudios que exigen muchos sacrificios, y tenemos grandes responsabilidades”, explicó Sonia Djabella, médica general.
La huelga tampoco está en la cultura de Djabella, médica de cabecera en Saint-Ouen (Seine-Saint-Denis). “Incluso tengo mala conciencia para tomarme un tiempo libre. Pero la hora es seria, los médicos se rebelan.
El gobierno suma un décimo año de estudios a los médicos generales”, cuenta indignada la joven, que ejerce en una zona catalogada como “desierto médico”, tras la salida de ocho practicantes en tres años.
“Todos trabajamos mucho. Me encanta lo que hago, pero no aguantamos más. Nuestros precios no nos permiten invertir en personal e instalaciones. Nuestros reclamos son legítimos. Hemos hecho estudios largos y difíciles que requieren muchos sacrificios, y tenemos responsabilidades pesadas”, continúa.
Los médicos, en plena negociación de sus tarifas para los próximos cinco años, piden un “plan Marshall” para la profesión, enfatizando que salvar la medicina liberal, salvará el hospital público, sin médicos y enfermeras por consecuencia, sin camas porque cierras sus alas.
Thomas Fatôme, director del Seguro de Salud francés, ha prometido una jerarquía de actos en tres niveles para tener en cuenta la complejidad de las consultas.
Pero sin anunciar una cifra. Y lejos de responder a la demanda del colectivo Doctors for Tomorrow de doblar el precio de la consulta de 25 a 50 euros, para alcanzar la media europea.
“No ponen nada sobre la mesa. El Gobierno busca la podredumbre y acabará radicalizando el movimiento”, advirtió Jean-Paul Hamon, médico de cabecera en Clamart (Hauts-de-Seine) y presidente de honor de la FMF.
Sin médicos en algunas regiones lejanas de Francia
Los médicos están enfurecidos por los múltiples proyectos de ley (PPL), que quieren enviarlos por la fuerza a los desiertos médicos, mientras todos los ejemplos demuestran que este tipo de medidas coercitivas no funcionan.
Hay regiones francesas lejanas de París donde no hay médicos en kilómetros a la redonda.
Sin embargo, si bien comparten el hartazgo de sus colegas, algunos practicantes no irán a la huelga. “Estamos en una situación de triple epidemia: influenza, bronquiolitis y Covid.
No podemos tomar como rehenes a los pacientes”, considera la Dra. Élise Fraih, médica general en Dachstein, un pequeño pueblo alsaciano y presidenta del sindicato RéAGjIR.
En Île-de-France, los indicadores de emergencia ya están en rojo con picos de más de 20.000 llamadas a 15 por día.