En el documental “In viaggio” del director italiano Gianfranco Rosi, retrata los 37 viajes a 59 países que el primer papa latinoamericano ha realizado en sus casi 10 años de pontificado.
Este documental que fue estrenado en el Festival del Cine de Venecia, dio mucho revuelo ya que críticos comentan la película del papa Jorge Bergoglio no muestra nada sobre el matrimonio homosexual o el rechazo al aborto, dos controversias o tabúes que la religión católica aun no hallan un punto decisivo.
El actual arzobispo, quien se ha autodefinido como “un pastor que huele a oveja”, es el primer jesuita en ocupar el trono de San Pedro y también el primero en llegar allí desde el Tercer Mundo.

Francisco se ha convertido en un “hombre incómodo”, así es como lo define un vaticanista que hoy trabaja en Roma muy cerca del círculo íntimo del papa argentino.
Algo similar dice el periodista Sergio Rubin, que lo conoce muy bien desde sus tiempos como arzobispo de Buenos Aires: “El papa no ha cambiado la letra, pero cambió la música de la Iglesia”.
Pese a los cambios culturales que ha impulsado el pontífice latinoamericano, en ciertos sectores políticos y sociales, incluso dentro de la propia Iglesia, miran de reojo lo que creen una actitud silenciosa frente a lo que ocurre en Ucrania o Nicaragua.
“¿Francisco ha permanecido de brazos cruzados ante la represión a los católicos en este país? “Se ha hablado con el gobierno, hay diálogo “, le dijo el pontífice el jueves 15 de septiembre a los periodistas que lo acompañaron en el vuelo de regreso de su viaje a Kazajistán.

Esto no significa que apruebe todo lo que hace el gobierno ni que lo desapruebe todo. Hay diálogo porque existe la necesidad de resolver los problemas”, agregó el papa.
Un vaticanista que no dio su nombre por asuntos personales, el que ha visto de cerca el accionar de tres papas (el propio Juan Pablo II, más Benedicto XVI y Francisco), recuerda que Bergoglio considera que ya está en curso una “tercera guerra mundial”.
En esas circunstancias, para el experto es claro que el pontífice no puede “echar más leña al fuego” sino “buscar diálogo y concertación”.
“El Vaticano no tiene ejército, pero tiene algo que influye mucho más que las armas, el poder de llegar a las conciencias de los hombres y de los mandatarios” concluyó.