En un rincón del estado de Morelos, donde el sol calienta suave la tierra y el aire huele a esperanza, existe un lugar llamado Mundo Imáyina, el primer parque acuático temático en México diseñado para sanar el alma de niños que atraviesan por terapias de cáncer, así como enfermedades crónicas o terminales.
“Aquí los niños no solo vienen a jugar, vienen a ser niños otra vez”, explica Fernando López, director de Cultura Organizacional y Experiencia de Mundo Imáyina. “Olvidan los hospitales, las agujas, los tratamientos… y lo hacen con quienes más aman: su familia. Porque cuando un niño enferma, todos en casa cargan con el peso”.

Mundo Imáyina es un reino con propósito, desde su apertura hace dos años y medio, reciben alrededor de 180 personas cada fin de semana ya que cuenta con 45 villas adaptadas la mayoría accesibles para niños con discapacidad motriz y para septiembre de este año operará a su máxima capacidad: 60 villas y hasta 350 personas por semana.
Cada villa cuesta cerca de 800 mil pesos al año, una inversión que cubre hospedaje, alimentación, limpieza y toda la logística que implica recibir a familias completas, pero más allá del dinero, lo que sostiene este sueño son cuatro pilares: alegría, gratitud, generosidad y valentía.
Valores que no solo decoran las paredes del parque, sino que se siembran en cada corazón que pasa por sus puertas, ya que la felicidad también es medicina y claro no viene en frascos, ni se receta en papel, se entrega en abrazos, se escucha en carcajadas, se respira en lugares como Mundo Imáyina que sigue en busca de aliados.

Comentó que el lugar es un castillo medieval como el de los cuentos, tiene grandes jardines, alberca de pelotas, un tren, un salón de usos múltiples, mesas de pimpón, juegos mecánicos, una alberca de agua, así como las villas y es operado por un equipo de 25 trabajadores fijos y una red de voluntarios conocidos como “guardianes”.
Fernando López, recalcó que cada detalle del parque está pensado para hacer sentir a los niños como los verdaderos protagonistas de su historia, en un lugar donde no hay doctores ni diagnósticos, solo dragones amistosos, bosques encantados y héroes valientes con batas de hospital.
Cabe recordar que cada año, más de 7 mil infantes y adolescentes en México, son diagnosticados con cáncer, siendo la segunda causa de muerte infantil en el país y en medio de esa realidad devastadora, nació una idea capaz de cambiar vidas: regalarles no una cura, sino una pausa.
Una tregua de alegría, de risa, de conexión profunda y así, de los sueños de muchos niños y de la Fundación Dr. Sonrisas, se materializó este refugio mágico de Mundo Imáyina.
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