En un giro impactante, nuevos documentos desclasificados por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) han expuesto un aparente conflicto de intereses entre la empresa Baker Hughes y la petrolera estatal mexicana Pemex.
Según los archivos obtenidos después de un proceso de 14 meses, Baker Hughes, a pesar de negar cualquier vínculo con Pemex, recibió 27 contratos por un valor de 150 millones de pesos de la división de Pemex en Houston durante los primeros cuatro meses en que José Ramón López Beltrán, hijo del presidente AMLO, habitó en la residencia de alto nivel conocida como “La Casa Gris”.

Los documentos desclasificados revelan que los contratos fueron otorgados entre agosto y diciembre de 2019 por Pemex Procurement International (PPI), la filial de Pemex en Texas.
Estos contratos incluyeron una amplia gama de servicios y suministros, desde insumos especializados hasta reparaciones y rehabilitaciones de equipos en varias refinerías de Pemex, como Salamanca, Tula, Minatitlán, Salina Cruz y Cadereyta.
La casa en cuestión, conocida como “La Casa Gris”, estaba bajo la propiedad de Keith Schilling, quien ocupaba un cargo directivo en Baker Hughes y mantenía una relación con la compañía en Houston.
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José Ramón López Beltrán y su pareja, Carolyn Adams, se mudaron a esta residencia en agosto de 2019, y Schilling permaneció en su cargo hasta diciembre de ese mismo año.
Durante este período, los contratos entre Pemex y Baker Hughes se dispararon, lo que ha levantado interrogantes sobre la posibilidad de un conflicto de intereses.
Aunque Baker Hughes previamente negó cualquier asociación comercial con Pemex a través de su división en Estados Unidos, los documentos obtenidos por MCCI contradicen estas afirmaciones.
La empresa aseguró que México no estaba bajo la región de Norteamérica para Baker Hughes y que las operaciones en México estaban organizadas en la entidad separada denominada Latinoamérica.

Esta revelación ha provocado un revuelo en México y ha llevado a que las autoridades estadounidenses inicien investigaciones sobre posibles irregularidades en la relación entre Baker Hughes y Pemex.
Denuncias presentadas ante la SEC y el Departamento de Justicia, así como por un grupo de accionistas, han contribuido a la apertura de estas investigaciones.
Este escándalo ha planteado serias dudas sobre la transparencia y la ética en las relaciones comerciales entre empresas y entidades gubernamentales en México, lo que destaca la necesidad de una mayor supervisión y rendición de cuentas en los sectores público y privado.
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