Después de diez días en el espacio, el módulo de aterrizaje lunar Peregrine se prepara para regresar a la Tierra este jueves. Sin embargo, este retorno no está exento de controversia, ya que Peregrine enfrentó dificultades técnicas que impidieron su intento inicial de alunizar en la Luna. Este evento, liderado por la compañía estadounidense Astrobotic, representa un revés en los planes de Estados Unidos de regresar a la Luna después de más de 50 años.
El módulo Peregrine fue lanzado el pasado 8 de enero con el objetivo de realizar el primer aterrizaje robótico lunar comercial estadounidense. Astrobotic, la empresa detrás de la misión, planeaba aterrizar en la Luna en febrero, marcando un hito en la exploración lunar y abriendo la puerta a futuras misiones comerciales en el satélite natural de la Tierra.
Sin embargo, el intento de alunizaje se vio obstaculizado por una fuga de combustible desde el día del lanzamiento. La situación obligó a replantear la estrategia y redirigir el retorno de Peregrine hacia la Tierra. La zona de regreso está ubicada en el Pacífico Sur, a poco más de 500 kilómetros al sur-suroeste del archipiélago de Fiji.
La compañía Astrobotic ha estado trabajando en colaboración con la NASA para garantizar que el regreso de Peregrine sea seguro y controlado. Esto incluye la quema del motor principal para minimizar el riesgo de escombros al ingresar a la atmósfera terrestre. La estrategia adoptada busca evitar problemas de seguridad en el área del Pacífico Sur y garantizar que la reentrada en la atmósfera no genere inconvenientes.
NASA frustrada por fracaso del Peregrine
El fallo de Peregrine no solo ha generado desafíos técnicos, sino que también ha frustrado las expectativas de la NASA y otros clientes que tenían cargas importantes a bordo de la nave. La misión Peregrine Uno estaba destinada a ser la primera del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS) de la NASA, un esfuerzo por acelerar la exploración lunar al colaborar con módulos de aterrizaje y naves espaciales comerciales.
A pesar de este contratiempo, la NASA y sus socios en el sector privado continúan con sus esfuerzos para revitalizar la exploración lunar. La próxima misión del programa CLPS está programada para febrero, cuando la empresa Intuitive Machines lance su módulo de aterrizaje Nova-C mediante un cohete SpaceX Falcon 9.
Este incidente destaca los desafíos y riesgos inherentes a la exploración espacial, especialmente en misiones pioneras. A medida que la tecnología avanza y se perfeccionan los métodos, se espera que estos contratiempos impulsen el aprendizaje y la mejora continua en la búsqueda de una presencia humana y robótica más sostenible en la Luna y más allá. La comunidad espacial seguirá atenta a las actualizaciones y lecciones aprendidas de la experiencia de Peregrine.
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