Pinchazos en aumento en el Metro de la CDMX
Una nueva forma de agresión ha comenzado a encender las alarmas entre los usuarios del Metro de la Ciudad de México: los pinchazos con agujas. Mujeres, principalmente jóvenes, han denunciado haber sentido piquetes repentinos en brazos o piernas mientras viajaban o salían de estaciones del transporte colectivo. Minutos después, comienzan a presentar síntomas como mareo, debilidad o pérdida de conciencia.
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Señalan que podrían estar usando drogas como burundanga, conocida por anular la voluntad y provocar somnolencia inmediata. Los casos van en aumento y el miedo también: ¿estamos ante una nueva modalidad de violencia en el transporte público?
El modus operandi parece repetirse: un empujón en medio de la multitud, un pinchazo casi imperceptible y, en pocos minutos, el cuerpo comienza a ceder. Las víctimas logran, en ocasiones, pedir ayuda o llegar a casa, pero muchas veces prefieren no denunciar por desconfianza en las autoridades.
Violencia silenciosa
Una joven de 29 años fue presuntamente drogada este 29 de abril tras sentir un pinchazo al salir de la estación Bellas Artes del Metro, Línea 8, en la Ciudad de México. La mujer logró llegar a su domicilio en la colonia Guerrero, donde pidió ayuda por sentirse somnolienta, mareada y débil.
Elementos de Protección Civil de la alcaldía Cuauhtémoc atendieron el llamado luego de recibir la alerta del Centro de Comando C5. Al revisarla, identificaron un piquete en el codo izquierdo. La afectada decidió permanecer en casa para guardar reposo en lugar de acudir a un hospital. Personal de Protección Civil le dejó recomendaciones y puso a su disposición el número de emergencia de la Base Diana (55 23 30 10 16) por si su estado empeoraba.
Este nuevo caso se suma a una lista creciente de incidentes similares reportados en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro de la Ciudad de México.
Burundanga, sustancia bajo sospecha
De acuerdo con especialistas, la sustancia que podría estar siendo utilizada es la burundanga. Este alcaloide bloquea la transmisión entre células nerviosas, provocando pérdida de control motor y somnolencia.
Si es inyectada, puede tardar apenas unos minutos en hacer efecto. El Dr. Carlos Rius señaló que una vez que la persona está afectada, “pierde el sentido porque se desconectan las neuronas”.
Estas características dificultan la investigación, pues los efectos suelen desaparecer en pocas horas. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) continúa analizando los casos. Hasta ahora, de las 21 denuncias por pinchazos, solo en dos se ha confirmado la presencia de estupefacientes, aunque las investigaciones siguen en curso.
La burundanga también ha sido denominada “droga del amor” por su capacidad para inhibir la voluntad, situación que genera mayor alerta entre los usuarios.
Inseguridad cotidiana para los usuarios
Los pinchazos son solo una de las muchas formas de violencia que enfrentan a diario los usuarios del Metro. Según testimonios recogidos por diversos medios, cuatro de cada cinco víctimas de acoso o agresión en el transporte no presentan denuncia por miedo, falta de pruebas o desconfianza hacia las autoridades.
Leticia, víctima de violencia en la Línea 2, señala que este problema va más allá de los pinchazos. “Desde miradas lascivas hasta toqueteos, es como si esto ya fuera parte del viaje”, dijo. Karla, otra usuaria frecuente, añadió: “Nadie denuncia porque parece normal”.
La Fiscalía ha abierto hasta el momento nueve carpetas de investigación relacionadas con estos casos. Mientras tanto, muchas mujeres han optado por narrar sus experiencias en redes sociales, ya que el anonimato les permite expresarse sin temor a ser revictimizadas.
Priscila, estudiante de la UNAM, explicó que el sistema de justicia no les brinda confianza. “Te hacen perder el tiempo, no te creen y te sientes sola”, comentó.
Líneas más afectadas y recomendaciones
Los casos de pinchazos han sido reportados en las líneas más concurridas:
- Línea 3 (Indios Verdes–Universidad)
- Línea 12 (Mixcoac–Tláhuac)
- Línea 2 (Cuatro Caminos–Tasqueña)
- Línea B (Ciudad Azteca–Buenavista)
El Metro de la CDMX cuenta con protocolos de atención. Si una persona siente un pinchazo, debe seguir las siguientes recomendaciones:
- Pedir ayuda inmediata.
- Si está dentro del vagón, accionar la palanca de emergencia.
- Acudir al personal de seguridad si está en pasillos o andenes.
- No salir de la estación. Permanecer en un lugar visible y seguro.
- Solicitar valoración médica dentro de las instalaciones.
- Presentar denuncia formal al sentirse estable.
Para atención, el STC tiene disponibles los siguientes números:
- 55 4321 4031,
- 55 4323 5284,
- 55 4607 1441
- 55 4608 4617
- 55 5009 1930
Casos similares en el Metrobús
El fenómeno también se ha reportado en el sistema Metrobús. Uno de los casos más inquietantes ocurrió en la estación Las Bombas, donde una estudiante de la UAM Xochimilco perdió el conocimiento tras sentir un piquete y despertó horas después en un hotel del Estado de México, sin identificación ni teléfono.
José N., usuario de la Línea 12 del Metro, también reportó síntomas similares tras una confrontación con otro pasajero. Notó un piquete en el brazo y, aunque logró pedir ayuda, decidió difundir su caso en redes para alertar a otros.
El Metrobús cuenta con alrededor de 5 mil cámaras de vigilancia. Ante cualquier situación sospechosa, los pasajeros deben acercarse al policía o conductor más cercano. También pueden reportar incidentes mediante su línea telefónica, red social X (antes Twitter) y correo electrónico.
Sistema bajo presión
La violencia en el transporte público refleja un problema estructural más amplio. Usuarios reportan desconfianza hacia las autoridades, desconocimiento de protocolos de emergencia y saturación en los vagones. Esto dificulta la prevención y atención de incidentes.
Tanto en el Metro como en el Metrobús, mujeres y hombres han optado por compartir su ubicación en tiempo real o portar objetos de defensa personal. La percepción de inseguridad, lejos de disminuir, parece ir en aumento.
Las autoridades tienen ante sí el reto de recuperar la confianza ciudadana y garantizar la seguridad de los millones de usuarios que dependen del transporte público para sus actividades diarias.
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