Los productores de cebada de Montana enfrentan una difícil situación financiera, marcada por altos costos de producción y la creciente presión de los aranceles impuestos por los Estados Unidos a sus socios comerciales. Mitch Konen, un agricultor de 65 años, se ve obligado a tomar decisiones difíciles mientras observa los efectos de la guerra comercial en su negocio de cebada. Konen, quien también es vicepresidente de la Asociación Nacional de Cultivadores de Cebada, ve un futuro incierto para su granja debido a los elevados pagos de intereses y la incertidumbre en los mercados de exportación.
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Impacto de los aranceles en las exportaciones de cebada
El principal mercado de exportación de la cebada de Konen es México, que se encuentra entre los mayores importadores de cebada estadounidense. Si México decide imponer aranceles o busca otros proveedores, el impacto podría ser grave para los agricultores como Konen. La cebada, que se utiliza principalmente en la producción de cerveza, también está en juego ante la creciente competencia global y las políticas comerciales cambiantes. México es crucial para la cebada de malta estadounidense, un ingrediente clave para las cerveceras en todo el mundo. Si las relaciones comerciales se deterioran, los productores estadounidenses perderían una importante fuente de ingresos.
Por otro lado, Canadá, el mayor importador de malta estadounidense, también ha comenzado a imponer aranceles contra productos agrícolas estadounidenses, lo que ha generado preocupación entre los agricultores. Frayne Olson, economista de la Universidad Estatal de Dakota del Norte, advierte que estos aranceles pueden afectar gravemente las exportaciones de cebada a Canadá, lo que podría generar una crisis para los cultivadores de cebada de los Estados Unidos.

Efectos colaterales de los aranceles
Además de los aranceles a los productos agrícolas, los costos de los fertilizantes, esenciales para la producción de cebada, se han incrementado. La mayoría de los fertilizantes provienen de Canadá, y con los aranceles en vigor desde el 4 de marzo, los agricultores enfrentarán aún mayores costos de producción. Los precios de los productos químicos importados de China también se han disparado debido a los aranceles impuestos en febrero. Esta cadena de aumentos de costos se ha convertido en una preocupación constante para los agricultores, quienes temen que los márgenes de ganancia se sigan reduciendo.
Steve Sheffels, vicepresidente de la Asociación de Cultivadores de Cereales de Montana, expresó su temor por el futuro de la cebada estadounidense, señalando que si los mercados clave como México y Canadá desaparecen, los agricultores tendrán que competir por un número mucho más limitado de compradores, lo que llevará a una posible crisis en el sector agrícola.

La caída del consumo de cerveza en Estados Unidos
El mercado de la cebada también se ve afectado por la disminución en el consumo de cerveza en Estados Unidos. Según Bart Watson, economista jefe de la Asociación de Cerveceros, el consumo de cerveza alcanzará su nivel más bajo en más de 40 años en 2024. La preferencia de los consumidores por bebidas alcohólicas alternativas, como cócteles enlatados y refrescos alcohólicos, ha erosionado la demanda de cerveza. Además, la generación Z y los millennials beben menos alcohol que las generaciones anteriores, lo que agrava aún más la caída en las ventas de cerveza.
Los estudios han mostrado que, a medida que los consumidores optan por otras bebidas, las cerveceras tradicionales luchan por mantener sus ventas. Las grandes marcas, como Anheuser-Busch, podrían tener más capacidad para absorber los aumentos de costos, pero las cerveceras artesanales tienen menos margen de maniobra, lo que podría llevar a un aumento en los precios.
El impacto de los aranceles en las cerveceras
Los aranceles del 25% sobre los metales también están afectando a la industria cervecera. Las cerveceras deben lidiar con el aumento de los costos de los barriles y las latas, que generalmente se fabrican con acero y aluminio importados de Canadá.

Esto afecta tanto a los productores de cerveza en los Estados Unidos como a los consumidores, quienes probablemente enfrentarán precios más altos por sus bebidas favoritas. Las cerveceras tendrán que decidir si absorben estos costos adicionales o los trasladan a los consumidores, lo que podría reducir aún más las ventas.
Fuentes: Latinus
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