Niñas y niños de comunidades marginadas en Quintana Roo dejarán de asistir a clases con el estómago vacío o comiendo lo mismo de siempre. A partir de este nuevo ciclo escolar, miles de estudiantes de nivel básico empezarán a recibir alimentos calientes y nutritivos, gracias a un plan que busca romper con años de abandono social en las escuelas públicas.
El programa surge como parte de un convenio entre la Secretaría de Educación de Quintana Roo y el DIF Estatal, que acordaron iniciar el cambio del actual modelo de entrega de raciones frías (como galletas, leche o barras energéticas), hacia comidas calientes elaboradas diariamente en las escuelas.

Este nuevo esquema de alimentación escolar prioriza a planteles ubicados en zonas rurales, indígenas o con altos niveles de marginación y desnutrición, donde muchos estudiantes enfrentan realidades críticas como falta de desayunos en casa o incluso un solo alimento al día.
“Es muy difícil que un niño aprenda con el estómago vacío. Hoy firmamos un compromiso con el corazón: lograr que la comida caliente sea un derecho, no un privilegio”, expresó Elda Xix Euán, titular de la SEQ.
El cambio no será inmediato en todos los planteles. La implementación será gradual y se enfocará primero en las escuelas con mayor necesidad, evaluando aspectos como infraestructura, espacios de cocina y personal disponible para la operación.

Este acuerdo busca disminuir desigualdades, mejorar el rendimiento escolar y fomentar la permanencia en las aulas, impactando directamente en la calidad de vida de miles de estudiantes quintanarroenses.
Además, no se trata solo de dar comida, sino de transformar el enfoque de la asistencia social en las escuelas: pasar de una solución temporal a una política pública sostenida que atienda la raíz del problema, y que coloca a la niñez como prioridad real del Estado.
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