“Derecho no ejercitado, no es derecho; derecho no vivido, no es derecho; derecho pasivo, no es derecho”.
Eugenio María De Hostos
Nos ocuparemos hoy de un tema que es motivo de debate y es del Registro de personas desaparecidas y no localizadas.
El fenómeno de las desapariciones representa en nuestro país, no solo uno de los más graves fenómenos psicosociales y políticos que ha sufrido nuestra sociedad al poner en suspenso la vida de miles de personas, sino que pone de manifiesto la debilidad del estado de derecho de nuestra democracia y configura un permanente conflicto sociopolítico.
Lo primero es tener claro cuáles son las condiciones que debe cumplir el registro motivo del debate, debe ser integral, articulado, nominal, dinámico, es decir de actualización sistemática.
Por otra parte, para la prevención del delito es necesario detectar los factores de riesgo del fenómeno y, fundamentalmente identificar zonas de riesgo que son las que donde con mayor frecuencia se produce el delito.
Es altamente recomendable que el registro de personas desaparecidas contenga información importante sobre la presunta víctima: padecimientos, enfermedades físicas o mentales, antecedentes odontológicos, discapacidad física y/o mentales; ropa que utilizaba la persona la última vez que se le vio (prendas superiores, inferiores, interiores, exteriores, calzado, prendas accesorias, objetos de uso personal), tatuajes, cicatrices, lunares, relaciones cercanas, adicciones, problemas familiares, si es objeto de violencia familiar, antecedentes criminales, apodo, CURP, y demás información que nos permita identificar a la víctima y sus riesgos. Se debe recabar también, información de sus familiares y del denunciante.
Es necesarios también contar con información sobre posibles movimientos bancarios o de otro tipo, después de la desaparición de la presunta víctima.
La información que nos ha brindado el mal llamado “censo” de actualización que ha realizado el gobierno, pone de manifiesto que el registro actual tiene información, por lo menos insuficiente y, que no ha sido actualizado de manera sistemática.
La información disponible y motivo del debate, es la proporcionada por la Secretaría de Gobernación que, pareciera que está tratando de cubrir las fallas del registro e insiste en que no se borraran los desaparecidos registrados, lo cual es necesario porque una cosa es los registros que muestran la incidencia del delito, y otra el registro nominal de las personas actualmente desaparecidas.
Por otro lado, es importante resaltar que la mayor parte de las desapariciones son producidas por las organizaciones criminales que, además del tráfico de drogas se dedican a la trata de personas con fines sexuales y laborales, muchas de ellos fuera de país.
Nuestra propuesta es que se debe diseñar un instrumento para el Registro de Personas Desaparecidas y No Localizadas que contenga toda la información necesaria para su búsqueda e identificación y, convocar a los individuos que en la actualidad tienen personas en esa calidad a completar la información necesaria.