De octubre de 2021 a agosto 2022, más de 700 migrantes murieron en el intento de llegar a Estados Unidos, 36% más que en 2020.
Al fondo del cementerio de la fronteriza Eagle Pass se observan unas 40 cruces improvisadas con tuberías de PVC donde el sueño americano de muchos migrantes termina en sepulturas anónimas.
Las sepulturas con lápidas de nombres hispanos están rotuladas con “John Doe” –(fórmula anglosajona para una persona sin identificación) y una bandera estadounidense, donde migrantes son enterrados sin identificar.
En 2021, 119 cadáveres fueron encontrados en el pequeño condado de Brooks, el 21% de todas las muertes fronterizas el año pasado.
Los migrantes se internan en haciendas para evitar a las autoridades en los puestos de control de Falfurrias, y se rinden ante temperaturas de más de 30 ºC.
La forense Corinne Stern indicó que la causa más común de muerte en migrantes es la insolación o deshidratación.
En 2013, Eduardo Canales de 74 años fundó el Centro de Derechos Humanos del Sur de Texas.
Canales instaló estaciones de agua al interuir de varias haciendas para evitar que los migrantes se intoxicaran con los bebederos del ganado.
De igual forma, abastece los barriles azules de plástico que tienen coordenadas de localización y un número telefónico para pedir ayuda.
Además, tambien ha recibido llamadas de ayuda para buscar a sus familiares migrantes.
“Para mí lo más importante es que las familias puedan cerrar el ciclo, las familias no dejan de buscar, nunca desisten.
Autoridades han permitido exhumar decenas de cadáveres e identificarlos gracias a huellas dactilares o ADN.
De los 119 migrantes encontrados en 2021, 107 fueron identificados.
Fuente: Excelsior
Imagen: Newsweek en Español
Puedes continuar leyendo: Frontera norte de México en crisis migratoria con venezolanos rechazados por EU