Los incendios forestales en Turquía han obligado a evacuar a más de 3,600 personas y dejado al menos un bombero muerto en la provincia de Bursa, donde el fuego alcanzó zonas residenciales y carreteras.

Otros focos activos en Karabük, Uşak e İzmir han sumado más de 7,400 acres de bosque destruidos, con temperaturas que superan los 50 °C y vientos intensos que complican la labor de más de 2,000 bomberos apoyados con aviones y helicópteros.

El gobierno declaró varias zonas como áreas de desastre y pidió apoyo internacional. La ola de calor extremo que afecta a Turquía y países vecinos, como Chipre y Grecia, ha intensificado el riesgo de incendios forestales, evidenciando la vulnerabilidad de la región ante el cambio climático.
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