Seis expertos liderados por el psiquiatra infantil Pedro Strecht desde hace más de un año, reunió 512 testimonios para llegar a una red de víctimas de abusos calculada en más de 4 mil 800, indicó en la presentación de su informe final en Lisboa.
Strecht admitió que no es posible cuantificar el total de crímenes e indicó que la mayoría de las víctimas fueron abusadas más de una vez, según la investigación desarrollada por la comisión sobre los abusos ocurridos en la Iglesia en los últimos 70 años en Portugal.
De las denuncias interpuestas, 25 se han enviado a la justicia porque, en su mayoría, ya están prescritos, aunque dicha comisión prepara una lista con los abusadores en activo.
El 96% de los abusadores eran hombres y alrededor del 70% sacerdotes. Los abusos se produjeron en seminarios, centros de acogida, escuelas o instituciones deportivas.
La media de edad de las víctimas apenas superaba los 11 años y ahora la mayoría tiene unos 52 años. El grueso eran niños y se apartaron de la Iglesia. Por zonas, los abusos se registraron en todo el país, con especial incidencia en Lisboa, Oporto y Braga.
La comisión reclamó la acción decidida de la Justicia y pidió atención psicológica para las víctimas y la suspensión de la prescripción del delito durante 30 años.
El psiquiatra infantil expresó que los testimonios son emocionalmente muy intensos y deben servir para acabar con una larga noche de silencio, vergüenza, miedo y culpa.
Durante la presentación del informe asistieron Manuel Clemente, cardenal de Lisboa y José Ornelas, Obispo de Leiria-Fátima, quien prometió una declaración a final del día, entre otros miembros de la Iglesia católica lusa.
Alexandra, el segundo nombre de una mujer de 43 años que prefiere permanecer en el anonimato fue violada por un sacerdote cuando se preparaba para la vida de monja a los 17 años. Señaló que es difícil hablar del tema en Portugal, un país en el que el 80% de la población se define como católica.
Añadió que se sintió ignorada porque tras denunciar a su agresor ante las autoridades eclesiásticas, solo mandaron una queja al Vaticano, que no ha respondido.
Después de 3 años, los expertos de la comisión independiente ofrecieron escucharla y proporcionarle un apoyo psicológico. En abril, el cardenal-patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, se declaró dispuesto a “reconocer los errores del pasado” y a “pedir perdón” a las víctimas.
El arzobispo auxiliar de Lisboa, Américo Aguiar indicó que el papa Francisco viajará a la capital portuguesa en agosto para las jornadas mundiales de la juventud y podría reunirse con las víctimas.
Los obispos portugueses se reunirán a inicios de marzo para sacar conclusiones del informe y “erradicar en la medida de lo posible esta lacra de la vida de la Iglesia”, declaró el secretario de la conferencia episcopal, el padre Manuel Barbosa.
Fuente: DW