¿Alguna vez has pensado en qué tan “inteligentes” pueden ser nuestras casas? Más de lo que imaginamos, ya que cada vez contribuyen más al cuidado del medio ambiente.
Romina Eve García, licenciada en Mérida, opina: “Las casas ayudan más al entorno que nosotros mismos”. Por su parte, José Nicolás López, residente de Benito Juárez, dice: “No creo que piensen, pero sus aditamentos sí ayudan al medio ambiente”.
La inquietud también surge en torno a las construcciones antiguas: ¿seguirán siendo una fuente de contaminación? Lourdes Chak Osorio, de Calderitas, nos lanza esta pregunta. Y Diego Cedillo Hernández, diseñador gráfico en CDMX, nos reta a pensar en cómo las casas inteligentes pueden contribuir no solo al medio ambiente, sino a nuestra vida cotidiana.
Al responder estos cuestionamientos, vale la pena aclarar que una casa inteligente puede ser tanto una construcción nueva como una ya existente.
En columnas anteriores, hemos abordado sus características y el papel que juega la domótica en su funcionamiento.
¿Qué elementos hacen que una casa sea inteligente?
La domótica es el corazón de una vivienda inteligente, contribuyendo significativamente al ahorro energético, la reducción de costos en servicios y el control del clima y la iluminación. Algunos de los principales componentes incluyen:
- Energía: sensores de lluvia, control de temperatura, paneles solares.
- Iluminación: sensores de luz y movimiento, control remoto de lámparas y persianas.
Para la seguridad y el confort, la domótica incorpora funciones como:
- Seguridad: apertura y bloqueo automatizado de puertas y ventanas, cerraduras electrónicas, videovigilancia.
- Confort: electrodomésticos inteligentes, control multimedia y robots de limpieza.
Estos avances no solo nos ofrecen una mejor calidad de vida, sino que también contribuyen a un entorno más sustentable.
¿Conocías estas funcionalidades de las casas inteligentes? Cuéntame tus experiencias o comentarios a través de mis redes sociales en @ingagpc o en las plataformas de ClicNoticias.