Las elecciones son la herramienta que nos hemos dado para elegir nuestras autoridades y así asegurar que las mayorías y sus programas decidan los destinos de nuestras naciones.
Analizaremos en este articulo si esto es posible en la realidad actual de nuestro continente, después de largos periodos de dictaduras militares. Haremos un rápido repaso a lo ocurrido en los últimos años.
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Caso Brasil
En Brasil, el país más grande de América Latina, en 2016 el Senado destituye mediante juicio político. Las acusaciones versaron sobre violación a la ley presupuestaria y a la ley de probidad administrativa por parte de la presidenta.
El expresidente Luis Ignacio Lula da Silva, obrero e importante líder gremial, fue apresado acusado de corrupción y, no pudo presentarse como candidato en las elecciones, acusado por los jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE).
No podemos dejar de mencionar que La secretaria de CEPAL, Alicia Bárcena, citó los avances sociales y políticos de Brasil en la última década y manifestó su preocupación con la estabilidad democrática de ese país. Ella enfatizó el compromiso de Dilma con la justicia y la igualdad: “Nunca, en la historia de Brasil, tantos y tantos de sus compatriotas consiguieron huir del hambre, de la pobreza y de la desigualdad”.
Al reconocer la cultura de la corrupción, ella apoyó “la creación de nueva legislación más severa e instituciones represivas más fuertes” y, completó, diciéndose preocupada con los ataques mediáticos que visaban la “demolición de su imagen y su legado, al tiempo que se multiplican los esfuerzos para reducir la autoridad presidencial e interrumpir el mandato que los ciudadanos les dieron en las urnas”.
No obstante, en 2022 el líder Lula volvió a ganar la elección presidencial y hoy gobierna Brasil y, busca la tan ansiada unión de nuestro continente.
Las elecciones en México
México, el segundo país por su tamaño, se destaca por una historia de fraudes en elecciones, siempre beneficiando a la derecha. En el año 2018 ganó por amplia mayoría el viejo líder popular Andrés Manuel López Obrador.
Pero nuevamente nos encontramos con la intención de paralizar la acción del gobierno, esta vez a través de la Suprema Corte de Justicia la que, otorgando amparos a personas u organizaciones que pertenecen a las minorías e incluso a personas relacionados el crimen organizado. ¿A esto se le suele llamar “golpe blando”, pero que tan blando es impedir que un gobierno elegido por amplia mayoría cumpla con su programa de gobierno?
La situación en Sudamérica
En Argentina, después de muchos años de proscripción del peronismo y, de largos y sangrientos años de dictadura militar, el movimiento nacional y popular, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuyo liderazgo y potencia electoral es notable, fue proscrita, de por vida, a tener algún cargo público, y no podrá participar en las elecciones del 2023.
En Perú donde el candidato Pedro Castillo, izquierdista y sindicalista, obtuvo un apoyo masivo en las áreas rurales, históricamente las más pobres y relegadas del país, que le permitió ganar la primera vuelta con una ventaja considerable. Después de muchos artilugios desesperados de la derecha, asumió el cargo el 28 de julio de 2021, día del bicentenario de la independencia del Perú.
El presidente Pedro Castillo hoy se encuentra preso y, la población que se rebela a tal hecho ha sido ferozmente reprimida.
En Ecuador, el 3 de enero de 2020, fueron llamados a juicio por el Caso Sobornos 2012-2016 por el delito de cohecho, incluyendo al expresidente Rafael Correa Delgado, junto con varios de sus excolaboradores y exmiembros de su gabinete. Al haber sido declarados culpables fueron inhabilitados de participar en las elecciones de 2021.
En Bolivia, la renuncia del presidente Evo Morales se produjo luego de hacerse pública esa petición de Williams Kaliman, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. El presidente Morales, ante esta situación, accedió a renunciar y optó por solicitar asilo, porque su vida corría peligro, siendo México el país que decidió otorgárselo.
El triunfo de Gustavo Petro en Colombia. y Xiomara Castro, primera presidenta de Hondura, no dejan de ser motivo de preocupación porque los grupos reaccionarios no dejaran de intentar de obstaculizar esos gobiernos.
Debemos estar atentos para defender los gobiernos que nos representan y, los programas por los que hemos votado, en caso contrario dejaremos de confiar en las democracias obtenidas mediante las elecciones.
Recordemos que casi el 88 % de la población de América Latina está gobernada por lideres progresistas y por lo tanto no dejaran de intentar “golpes blandos” y, no tan blandos. Nuestra América Latina viviría con mejores niveles de bienestar sino hubiera sido sometida a tantos retrocesos. ¿Tendrá esto que ver con los cuantiosos recursos que cuenta? ¿Es posible la democracia mediante un sistema electoral? ¿Podrá nuestro continente ser gobernados por las mayorías?
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