Mamá buscadora de Cancún, en medio del dolor, angustia y con circunstancias muy adversas, mi hija Diana García, quien lleva tres años desaparecida, me ha enseñado durante este tiempo a levantar la voz, a luchar a contracorriente del sistema y ayudar a otras víctimas que tienen hijos desaparecidos.
Soy Romana Rivera Ramírez, madre de Diana García Rivera, una joven que salió a divertirse a un antro de la plaza galerías infinity, la cual se ubica entre las avenidas Nichupté y Contoy, en el centro de Cancún, el 22 de febrero del 2020 y lugar donde fue privada de su libertad de forma violenta.
Diana tiene tres años desaparecida y es más que una estadística o un número, mi hija tiene un nombre, una acta de nacimiento y mientras yo no tenga un acta de defunción, ella sigue viva en mi mente y mi corazón, por lo que seguiré levantando la voz por ella.
Mi hija salió de casa la tarde del 21 de febrero del 2020, en compañía de Jorge Armando Rodriguez, quien también fue privado de su libertad, el acuerdo con mi hija era que llegará la madrugada del 22 de febrero a la casa de un familiar que su domicilio está más cerca de la plaza, antes del mediodía del 22 de febrero le llamó a su celular y me enviaba de manera directa al buzón, lo cual era algo muy extraño.
De tal forma, que al no contestar me preocupe e inicie a buscarla por todos los lugares donde pensé que pudiera estar y así transcurrió la tarde y la noche, al no saber nada de Diana, el 23 de febrero acudí a la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo (FGE), para denunciar la desaparición de mi hija, por lo que se abre la carpeta de investigación 328/2020.
Al desaparecer en fin de semana ninguna autoridad la buscó, después llegó el 24 de febrero un día de asueto para los empleados del gobierno y es hasta el 27 de febrero que deciden realizar un cateo a la discoteca sin seguir ningún protocolo de búsqueda y en donde se perdió mucho tiempo.
A las tres semanas de haber desaparecido mi hija, el país entra en una alerta sanitaria por el Covid-19, por lo tanto, no había puertas que tocar ya que todas las instituciones bajaron sus cortinas.
Sin embargo, mi lucha como madre de Diana es imparable, por todos los medios habidos y por haber, aunque todo ha sido infructuoso, aún así no me rindo sigo buscándola y levantando la voz por ella.
Hoy Diana me motivó a ser la fundadora del Colectivo Verdad, Memoria y Justicia, ya que Quintana Roo, siempre ha tenido personas privadas de su libertad de manera violenta, en la actualidad en el grupo tenemos 50 personas desaparecidas por lo que ayudamos a los padres y madres de familia de las víctimas.
Y como colectivo nos encargamos de ser vigilantes de las autoridades para que sigan los protocologosde investigacion y busqueda de personas desaparecidas en tiempo y forma, así como con el uso de la tecnología .