Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se declaró no culpable de los cargos relacionados con la compra ilegal de un arma de fuego en 2018. La acusación se basa en que Hunter Biden proporcionó información falsa sobre su adicción a las drogas en el proceso de compra de la pistola. Los cargos incluyen dos acusaciones de hacer declaraciones falsas y una de posesión ilegal de un arma de fuego.
La comparecencia de Hunter Biden ante el juez en una corte federal en Wilmington, Delaware, marcó la primera aparición pública desde que fue imputado el 14 de septiembre. Los cargos conllevan una pena máxima de 25 años de cárcel, aunque es probable que la sentencia final sea menor, ya que Hunter Biden carece de antecedentes penales.
La investigación contra Hunter se inició en 2018 durante el gobierno de Donald Trump y ha sido utilizada políticamente para atacar al presidente Joe Biden. A pesar de que se llegó a un acuerdo entre la defensa de Hunter Biden y el equipo de acusación liderado por el fiscal David Weiss, el pacto colapsó, lo que llevó al juicio actual.
El caso de Hunter Biden también se desarrolla en medio de una investigación política en el Congreso, donde la mayoría republicana de la Cámara Baja ha abierto una investigación de juicio político contra Joe Biden, acusándolo de utilizar su influencia para favorecer los negocios de su hijo en el extranjero, una acusación que la Casa Blanca ha negado en repetidas ocasiones.
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