Después de la emergencia por Covid-19, los jóvenes, además de perder habilidades lógico matemática, de pensamiento crítico, lectoescritura, también carecen de una sensación de bienestar, estabilidad y seguridad que detona la desesperanza, esto de acuerdo con el estudio de Caracterización de Necesidades Educativas tras la Pandemia.
Rocío Moreno Medina, directora de la Fundación Lómas Travel, mencionó que, de una muestra de 100 jóvenes, el estudio arrojó que, 60 por ciento habla de: desesperanza, deber y ansiedad.
“No nos vayamos muy lejos cómo te sientes tú; cómo se siente tu pareja; cómo se sienten tus hijos, para ver el macro, nos tenemos que ir al micro, es decir, al núcleo primario y ahí te vas a dar cuenta de que tus 10 amigos 4 ya no quieren salir”, indicó.
Cabe señalar que este estudio nació tras la preocupación de saber cómo se sentían los jóvenes pasada la contingencia, por lo que decidieron dejar de analizar la percepción a certificar un poco lo que ellos sentían y no asumir.
“La gran riqueza de este estudio es dejar de asumir para concretar puntos relevantes que necesitamos atender en los jóvenes, aparecen muchos temas como habilidades lógica matemática, de lectoescritura y sobre todo sensación de bienestar, de, seguridad, y eso les ha generado enojo, tristeza, apatía, y una palabra que nos resonaba que es desesperanza”.
Señaló que el desgano estaba siendo remarcado, por lo tanto, es importante para los organismos civiles intervenir en la educación de manera activa, por lo que se hacen programa para el verdadero desarrollo, ya que para sumar en esta problemática se tiene que ser eficaz.
Jóvenes presa de la desesperanza

“Está científicamente comprobado que si yo no tengo ilusión, y mi energía baja se puede desatar alguna cosa negativa, porque las hormonas que genero cuando estoy triste, desesperanzado, apático, son un tipo de hormonas que van a dañar la salud, por lo que estamos hablando de que si no vamos y sacudimos en nuestros jóvenes, esperanza ilusión y fuerza, no se podrá cambiar la situación”, expuso.
Indicó que se tiene que trabajar en los jóvenes, fortalecer comunidades, ya que esa es una de las cosas que se perdió en la pandemia, porque muchos se quedaron estancados en el pensamiento de que lo mismo da si voy a cualquier lado a trabajar o me quedo en mi casa en la computadora o me duermo.
“Es abrirles los ojos, que tienen que empezar a ver un mundo diferente y nuestra responsabilidad es darles esas herramientas”, subrayó.
Dijo que se generan programas con especialistas donde la manera de trabajar es otra, por lo que se están haciendo actividades y se llevarán a efecto programas disruptivos, toda vez que lo que un joven necesitan es hacer, y no vivir a través de las pantallas.
“Cuando estamos deprimidos generamos una hormona que se llama cortisol y lo que hacemos es huir, escondernos, defendernos y atacar, por lo que la mayoría de los jóvenes están escondidos y no hacen actividades que generen hormonas oxitocina, serotonina, endorfinas como reír, cantar, bailar, hacer ejercicio, y correr todas esas actividades que estamos incluyendo en los programas”, concluyó.