El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, negó que exista un “desbordamiento” del flujo migratorio en el país, a pesar de reconocer un aumento en el número de extranjeros que atraviesan el territorio mexicano en su camino hacia Estados Unidos. Afirmó que están trabajando para gestionar la situación y ayudar a los migrantes.
López Obrador destacó que el flujo migratorio ha crecido últimamente, después de una disminución previa. Además, anunció que se reunirá con mandatarios de 11 países de la región para abordar el problema. El objetivo de la reunión es presentar un plan conjunto para reducir el flujo migratorio y abordar el problema de manera humanitaria.
El presidente mexicano también criticó la politización del tema migratorio en Estados Unidos y destacó la importancia de abordar las causas fundamentales de la migración, como la pobreza y la inseguridad. López Obrador subrayó que México es solo un país de paso para los migrantes centroamericanos y que México está trabajando para evitar que sufran violencia en su travesía.
La Organización Internacional de las Migraciones (OIM) ha señalado que México y Centroamérica enfrentan un flujo migratorio “sin precedentes” hacia Norteamérica, con un alto número de migrantes que llegan a la frontera con Estados Unidos diariamente.
Esta postura del presidente mexicano se produce en medio de la presión ejercida por el aumento del flujo migratorio y de la crítica política que gira en torno al tema tanto en México como en Estados Unidos.
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