El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró que su país no romperá relaciones con Israel a pesar de la escalada de violencia en Gaza que ha dejado más de 10,000 civiles muertos. López Obrador mantuvo su posición de “neutralidad” en el conflicto en curso y expresó su deseo de buscar la paz y poner fin a la guerra.
La postura de México contrasta con la de otros Gobiernos de izquierda en América Latina, como Bolivia, que recientemente rompió relaciones con Israel, y Chile y Colombia, que llamaron a consultas a sus embajadores en Tel Aviv.
El presidente lamentó las víctimas en Gaza y calificó la situación como “muy triste” y “muy dolorosa”, y abogó por un alto el fuego y un esfuerzo internacional para proteger a los civiles. Sin embargo, su neutralidad ha sido criticada tanto por la Embajada de Israel en México como por grupos en favor de Palestina que exigen una condena al conflicto.
López Obrador también instó a la ONU y a Estados Unidos, que tiene una estrecha relación con Israel, a intervenir para garantizar un alto el fuego y proteger a los civiles. El conflicto en curso ha generado una crisis humanitaria en Gaza y ha causado un gran sufrimiento para la población civil.
La comunidad internacional ha instado a un alto el fuego y una solución pacífica al conflicto en curso en la región.
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