La incertidumbre sobre la seguridad energética de Europa ha aumentado luego de las emergencias declaradas por fugas en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2.
El lunes pasado, la operadora del gasoducto Nord Stream 2 informó sobre una brusca caída de presión, de 105 a 7 bares, en uno de los tramos del gasoducto en aguas danesas del mar Báltico.
La Autoridad Marítima Danesa alertó de una fuga de gas “peligrosa para la navegación”, registrada al sureste de la isla de Bornholm, por lo que emitió una prohibición de navegación en un radio de 5 millas náuticas alrededor de la tubería.
La noche de ese mismo día se registró una caída de presión en ambos conductos.
En un comunicado, la empresa señaló que la caída de presión causada por la fuga de gas en ambos tramos se debió a daños físicos de la tubería.
Mette Frederiksen, primera ministra danesa, declaró que su Gobierno cree que las fugas son el resultado de acciones deliberadas y no de un accidente.
También en internacionales: Arrestos masivos en Rusia preocupan a la ONU.